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La artritis idiopática juvenil

Maricarmen López Peña, MD

Maricarmen López Peña, MD
Reumatóloga Pediátrica
Profesora Asociada de Pediatría
Bernard and Millie Duker Children’s Hospital
Albany Medical Center
[email protected]

La artritis idiopática juvenil (AIJ) es un grupo de enfermedades que tienen en común la inflamación de una o más articulaciones y que se presenta a los 16 años o antes. Es una de las enfermedades crónicas de la niñez que afecta a 1 de 300,000 niños al año. Su clasificación más reciente es la de ILAR (International League of Associations of Rheumatology), que subdivide la AIJ en 7 subtipos: oligoarticular, poliarticular RF (factor reumatoideo) positiva, poliarticular RF negativa, psoriásica juvenil, entesitis-artritis seronegativa, sistémica y no diferenciada. Estos se diferencian de acuerdo al número de articulaciones afectadas, a la presencia de factor reumatoideo, de entesitis, de psoriasis o de síntomas de fiebre o cambios en la piel.

A principios del siglo XX, la AIJ tenía una gran morbilidad en el niño afectado por su potencial de incapacidad funcional y de ceguera para aquellos complicados con uveítis. En esa época, el tratamiento consistía en descanso y en no permitirle al niño hacer ejercicio. Con el tiempo, este cambió al punto de utilizar terapia física como tratamiento principal. Luego, el tratamiento avanzó a usar prednisona y aspirina, pero la enfermedad continuaba siendo devastadora. No fue hasta la década de 1980 cuando se comenzó a utilizar metotrexato para AIJ y, más adelante, por 1998, salió el primer tratamiento biológico anti-TNF (anti-factor de necrosis tumoral). Actualmente, los tratamientos permiten controlar la enfermedad y evitar su progresión.

Tratamiento

Hay varios fármacos para tratar la AIJ en niños que ayudan a reducir la inflamación y el entumecimiento. Estos van desde el ibuprofeno como primera línea hasta los conocidos como DMARDs (antirreumáticos modificadores de la enfermedad), de los cuales el más utilizado es el metotrexato.

En 1998, salió al mercado el primer medicamento biológico. conocido como etanercept, que bloquea una proteína del sistema inmunológico (TNF-α) la cual suele estar aumentada en el tejido sinovial causando inflamación. Después salieron otros fármacos para bloquear TNF-α, bastante efectivos en el control de los signos y síntomas de la AIJ, a la vez que evitan la progresión radiográfica y el daño a largo plazo permanente. Son fármacos potentes que usamos regularmente cuando no hay respuesta a los DMARDS, o en pacientes con alto riesgo de progresión como en artritis poliarticular con inicio temprano, con RF positivo y anti-CCP positivo. También se recomiendan si hay sacroileitis. Hay fármacos que bloquean otras proteínas (además de TNF-α) como IL-6, IL-1 y Jak-3. Los bloqueadores de IL-6 e IL-1 son importantes en el tratamiento de la AIJ y usarlos al inicio como tratamiento principal puede llevar a una remisión de este subtipo de AIJ, que antes tenía peor pronóstico a largo plazo.

Por lo general son medicamentos bien tolerados, pero pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones. Se ha visto un aumento –aunque muy bajo– en la incidencia de ciertos tipos de cáncer con su uso. En la actualidad están aprobados para la AIJ el adalimumab, abatacept, tocilizumab, canakimumab y etanercept. También se ha utilizado anakinra. Tofacitinib, un inhibidor de Jak-3 en uso para tratar la artritis reumatoide en adultos, está en estudio para la AIJ.

Además del tratamiento médico, son beneficiosos una alimentación balanceada, ejercicio de bajo impacto y terapia física, según sea necesario. Es ideal que haya una atención en equipo: enfermeras, trabajador social, terapista físico y ocupacional, pediatra y psicólogo, además de otros especialistas, de ser necesario.

Comentario

La meta del tratamiento es evitar el progreso de la enfermedad mientras salvaguardamos un desarrollo y crecimiento normal. Es importante referir temprano al paciente con sospecha de AIJ, de manera que se pueda darle un diagnóstico y tratamiento tempranos para mejorar su calidad de vida.