Universidad Central del Caribe
Conocí a un ser muy especial trabajando voluntariamente en una ronda nocturna; él es adicto y deambulante. Me esmeré en darle la ayuda que él necesitaba para que permaneciera en un hogar de tratamiento, pero a pesar de los esfuerzos, volvió a recaer.
Entendí que la adicción es una enfermedad crónica y recurrente. Hoy por hoy, sigo tratando con el mismo empeño de ayudarlo a volver a salir de las calles y sé que con mis acciones no estoy cambiando el mundo, pero al menos sé que estoy contribuyendo a cambiar su mundo. Y eso hace toda la diferencia.