- Norman Maldonado, MD
- Hematólogo-Oncólogo
Ex Presidente de la
Universidad de Puerto Rico
Sus inicios
Francisco Muñiz Vázquez nació en Ponce, en 1936. Su padre fue el Dr. Francisco V. Muñiz Sufront, un médico generalista y, su madre, la Sra. Gloria Vázquez Vega, quien había sido su secretaria en su oficina médica. Francisco tuvo 5 hermanos y 6 hermanas. Ha habido varias coincidencias entre la familia de Francisco Muñiz y la mía. Así, uno de sus hermanos mayores, Radamés Muñiz, fue a la escuela Ponce High, donde conoció a mi hermano mayor Leonard, que también estudiaba allí. Radamés fue reclutado por el Ejército y fue asignado a Panamá durante la Segunda Guerra Mundial. Después, estudió el bachillerato en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y, seguidamente, estudió Medicina en la Universidad de Ottawa en Canadá. Luego practicó medicina general y fue médico de los estudiantes en el Recinto de Río Piedras.
Francisco era de los menores entre todos sus hermanos. Estudió la escuela intermedia en el Colegio Ponceño de Varones y luego fue a la High de la Universidad de Puerto Rico de 1953 a 1957.
Estudios de Medicina y especialización
Francisco tenía algunos amigos que habían ido a estudiar a la ciudad de Barcelona en España, por lo que decidió estudiar Medicina allá. Tuvo allí una buena experiencia de 1957 a 1962 y se graduó de médico luego de esos 5 años. Después, decidió hacer su internado en los Estados Unidos y fue admitido, en 1962, en el Hospital Huron en la ciudad de Cleveland en Ohio. Luego de hacer su internado, hizo allí mismo un año de residencia en Medicina Interna. En 1964, decidió regresar a Puerto Rico y fue admitido en el Hospital Universitario en el Centro Médico para continuar su residencia y, en 1965, siguió con la subespecialidad de Hematología. Allí nos conocimos, casualmente, cuando yo comenzaba como Director del servicio de Hematología, ubicado en el sótano del Hospital Universitario. En 1966, fue llamado al servicio en el Ejército de los Estados Unidos siendo asignado como Jefe en el Dispensario del Fuerte Bliss, localizado en la ciudad de El Paso, Texas. Al poco tiempo, le llegó la orden para ir a la guerra en Vietnam. En esa época mi hermano Leonard era el Jefe de Urología del William Beaumont Hospital en El Paso y tenía muy buenos contactos, por lo que pudo convencer a las autoridades de que Francisco se quedara en Texas. En 1967, fue nombrado Jefe del Servicio de Hematología del Hospital hasta 1968. Ese mismo año fue asignado como asistente del Banco de Sangre de la Universidad de Texas en Galveston, donde estuvo hasta 1972.
De regreso en Puerto Rico
En 1972, Francisco regresó a Puerto Rico a su posición en Hematología en el Hospital Universitario en el Centro Médico. En 1974, fue nombrado Jefe de la Sección de Hematología y Oncología hasta 1977. En 1975, fue promovido a Profesor Asociado de la Universidad de Puerto Rico. En 1982, él comenzó como facultativo del Hospital de Veteranos en San Juan y como consultor. Estuvo en ese hospital por más de 20 años, hasta 2006. En 1982, fue el principal investigador del Programa de Sickle Cell del Hospital de Veteranos y Jefe del Laboratorio Especial de Hematología hasta 1986. El Dr. Muñiz participó en múltiples comités en el Hospital de Veteranos y en la Escuela de Medicina.
A la vez, fue miembro de innumerables asociaciones médicas a nivel nacional, internacional y en la isla. Participó activamente en la Junta de Directores del Banco de Sangre de la Cruz Roja e hizo muchas contribuciones para mejorar los servicios en las nuevas instalaciones de dicha institución. Dirigió el Plan de Práctica Médica del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico por unos años y fue miembro de la Junta de directores del Hospital Pediátrico en el Centro Médico, entre otras organizaciones.
Actividad científica y académica
El Dr. Muniz participó en muchas investigaciones clínicas en el Recinto de Ciencias Médicas, en la Sección de Hematología del Hospital Universitario y en el Hospital de Veteranos, al cual le dedicó gran parte de su carrera. En el laboratorio, estudió muchos virus que se relacionaban con las transfusiones de sangre –como el virus australiano– y con afecciones hepáticas. Estudió muchos casos de problemas hematológicos e inmunológicos que resultaron en 33 publicaciones, figurando en un buen número de ellas como primer autor. Además, ha presidido el Capítulo de Puerto Rico del American College of Physicians, desde donde siguió contribuyendo a la educación continua de excelencia de nuestros médicos.
En su carrera profesional en el Hospital de Veteranos, se dedicó a fortalecer las relaciones con el Recinto de Ciencias Médicas y con la Universidad de Puerto Rico. Fue nombrado Director Médico para la Educación con la autorización del Gobierno Federal y, así, fue Decano de la Escuela de Medicina por 2 años, a inicios de la década de 1990 hasta 1992. Para esto contó con el permiso de las autoridades federales.
El Dr. Muñiz ha sido polifacético y ha realizado una gran contribución a la hematología, a la inmunología, a la educación y a la ética médica. Gracias a su especial interés, ha logrado desarrollar un liderato como médico, como investigador y como educador.
Luego de su exitosa carrera en la medicina y en las investigaciones básicas, así como en el liderato en la administración médica y participando en innumerables comités, tenía otro reto en su vida. Cual fuera la sorpresa cuando decidió, en 2007, estudiar en el Recinto de Río Piedras un doctorado en Historia. El Profesor Fernando Picó fue su consejero de tesis y recuerdo, como si fuera ahora, el momento en que recibió el diploma de PhD de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. De esa manera, con un MD y un PhD, en las ciencias y en las artes, culminó su carrera profesional. Él y su esposa se mudaron a Washington por unos años y allí los visitamos. Ellos disfrutaron con sus hijos(as) y nietos(as), pero cuando pudo regresó a Puerto Rico.
Comentario
El Dr. Francisco Muniz se ganó la admiración y el respeto de toda nuestra comunidad médica, a la que inspiró y respetó. Hoy día, el Dr. Muñiz ha regresado a su querido Puerto Rico, donde puede disfrutar de sus amistades, cuidando a su familia y satisfecho de sus logros.
Aún recuerdo como si fuera hoy la noche en que fue despedido por sus amigos y sus colaboradores del Hospital de Veteranos y del Recinto de Ciencias Médicas. Allí pude presenciar la despedida más sincera y emotiva que haya visto en mi vida. Ese fue un momento muy especial que demostró la calidad de profesional que él siempre ha sido y el gran aprecio y respeto que todos sentían por él.
Sus múltiples contribuciones a la educación médica, a la ética médica y a la ciencia en general han dejado una profunda huella en nuestra sociedad, en la profesión médica y, sobre todo, en la educación médica en Puerto Rico.