
Humberto Lugo-Vicente, MD
Cirujano Pediátrico
Catedrático, Escuelas de Medicina de la UPR, UCC y Ponce
Editor de Pediatric Surgery Update
Las armas de fuego son ahora la principal causa de muerte en niños y adolescentes en los Estados Unidos, y muchas de estas lesiones ocurren de forma no intencional en el hogar por prácticas inseguras de almacenamiento.
Epidemiología y tendencias
Datos recientes indican que las lesiones no intencionales por armas de fuego representan cerca del 3.5% de todas las muertes pediátricas por armas de fuego, la mayoría de las cuales ocurren en los hogares. Entre 2017 y 2022, el 17.6% de las lesiones pediátricas por armas de fuego se clasificaron como no intencionales, con un aumento en el número absoluto de casos a lo largo del tiempo. La proporción de estas lesiones aumentó del 15.7% en 2017 al 16.5% en 2022, aunque el análisis estadístico sugiere que no hubo un cambio significativo año tras año. Los niños más pequeños (con edades entre 2 y 5 años) están desproporcionadamente más afectados por lesiones no intencionales por armas de fuego. Estas lesiones ocurren en este grupo etario con mayor frecuencia que las lesiones intencionales. En contraste, en los adolescentes de 12 a 18 años hay mayor probabilidad de sufrir lesiones intencionales con armas de fuego. La mayoría (56.2%) de las lesiones no intencionales ocurren en residencias privadas, lo que subraya los riesgos asociados con el almacenamiento inseguro de armas de fuego en el hogar.Disparidades demográficas y factores de riesgo
El riesgo de lesiones no intencionales por armas de fuego no está distribuido equitativamente entre los grupos raciales y socioeconómicos. Los niños negros (45.7%) y blancos (42.0%) son los más afectados, y los jóvenes negros enfrentan una carga desproporcionada de lesiones relacionadas con armas de fuego en general. Los niños cubiertos por seguros públicos, como Medicaid, o aquellos de hogares con bajos ingresos están en mayor riesgo, probablemente debido a diferencias en las prácticas de almacenamiento de armas y en el acceso a la educación sobre seguridad. La presencia de armas de fuego en el hogar aumenta en forma significativa la probabilidad de que puedan ocurrir lesiones y muertes relacionadas con estas armas. Los estudios indican que, en los hogares con armas, el riesgo de lesiones no intencionales, suicidios y homicidios es de 3 a 4 veces mayor que en los hogares sin armas. Además, hasta un 43% de los hogares con niños y armas de fuego almacenan al menos un arma sin seguro, y más del 10% guardan un arma desbloqueada y cargada, lo que incrementa enormemente el riesgo de disparos accidentales.Prácticas de almacenamiento de armas y estrategias de prevención
El almacenamiento seguro de armas de fuego es una medida preventiva fundamental contra las lesiones no intencionales. Un almacenamiento adecuado incluye bloquear las armas, mantenerlas descargadas y almacenar la munición por separado. A pesar de la amplia aceptación de la importancia del almacenamiento seguro, los estudios muestran que muchos propietarios de armas no practican los métodos de almacenamiento más seguros.
Solo cerca del 59% de las familias que poseen armas reportan bloquearlas, y es aún menor el número de los que las almacenan tanto bloqueadas como descargadas.
Los esfuerzos para mejorar la seguridad con armas de fuego han incluido iniciativas educativas, medidas legislativas e intervenciones hospitalarias. Se han identificado los departamentos de emergencias pediátricas (DEP) como entornos efectivos para la educación sobre seguridad con armas de fuego.
En un estudio reciente, el 93.4% de las familias abordadas en un DEP aceptaron participar en educación sobre seguridad con armas, y muchas recibieron seguros para armas. Sin embargo, el 82.8% de los participantes informaron nunca haber recibido educación sobre almacenamiento seguro de armas de un profesional de la salud antes del estudio, lo que demuestra una clara brecha en los esfuerzos de difusión.
La legislación también juega un papel importante en la prevención de lesiones por armas de fuego. Las leyes de prevención del acceso infantil (CAP), que responsabilizan legalmente a los propietarios de las armas si un niño accede a una no asegurada, se han asociado con reducciones en las lesiones pediátricas por armas de fuego. Los estados con leyes CAP más estrictas reportaron tasas significativamente más bajas de lesiones no intencionales por armas de fuego en niños en comparación con los estados con regulaciones más débiles.
Impacto en la atención médica y resultados a largo plazo
Las consecuencias de las lesiones pediátricas no intencionales por armas de fuego van más allá del daño físico inmediato. Los niños que sobreviven a estas lesiones a menudo enfrentan complicaciones de salud a largo plazo, incluidas discapacidades físicas y traumas psicológicos. Cerca de la mitad de los niños hospitalizados por este motivo son dados de alta con algún tipo de discapacidad, que puede incluir el deterioro en la visión, la cognición o la movilidad.
Además, la exposición a la violencia con armas de fuego, incluso cuando no se sufre una lesión directa, se ha relacionado con tasas aumentadas de ansiedad, depresión y alteraciones del comportamiento en los niños. Ser testigo de violencia con armas de fuego se asocia con un mayor riesgo de abuso de sustancias y dificultades académicas más adelante en la vida.
Dadas dichas consecuencias de las lesiones pediátricas por armas de fuego, estas representan un problema crítico para la medicina de emergencia y también para la atención pediátrica a largo plazo y la salud mental.
Avanzando: enfrentando la crisis
Enfrentar las lesiones pediátricas no intencionales por armas de fuego requiere un enfoque multifacético que combine educación, legislación y participación comunitaria. Se debe alentar a los profesionales de la salud a discutir la seguridad con armas de fuego con las familias durante las visitas pediátricas de rutina. Los estudios han demostrado que la asesoría médica, especialmente cuando se combina con la distribución de seguros para armas, aumenta significativamente la adhesión a las prácticas de almacenamiento seguro.
Las iniciativas comunitarias, como el programa Be SMART y Project ChildSafe, ofrecen valiosos recursos para educar a las familias sobre la seguridad con armas de fuego. Las campañas de concienciación pública que enfatizan la importancia del almacenamiento seguro de armas pueden contribuir aún más a los esfuerzos de prevención de lesiones.
La investigación continua y la recopilación de datos son esenciales para guiar las estrategias de políticas e intervención. La creciente disponibilidad de bases de datos nacionales de trauma permite a los investigadores rastrear con mayor precisión las tendencias en lesiones pediátricas por armas de fuego e identificar poblaciones en riesgo para programas de prevención específicos.
Conclusión
Las lesiones pediátricas no intencionales por armas de fuego son tragedias prevenibles que cada año continúan afectando a miles de niños. Con las armas de fuego, ahora como la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en los Estados Unidos, se necesita una acción urgente para promover prácticas de almacenamiento seguro, fortalecer las protecciones legislativas y expandir las iniciativas educativas. Al implementar estrategias de prevención basadas en evidencia y al aumentar la concienciación, se podrá reducir la incidencia de estas lesiones no intencionales y mejorar la seguridad y el bienestar de los niños en todo el país.
Referencias
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