Equipos interdisciplinarios en el tratamiento de las adicciones: Importancia del abordaje integral para lograr una respuesta efectiva

Angélica M. Fuentes-Armesto, MD

Especialista en Medicina de Familia, Fellow de Medicina de Adicciones

Arnaldo Cruz-Igartúa, MD

Especialista en Psiquiatría General y de las Adicciones
Diplomado, American Board of Psychiatry and Neurology

El DSM-V clasifica las adicciones como trastornos de salud mental relacionados con sustancias y conductas. Estos trastornos son complejos, de larga duración, y afectan a quienes sufren la enfermedad a nivel biopsicosocial y espiritual. Las adicciones activas se caracterizan por la pérdida de control y compulsividad en el uso de sustancias, lo que desemboca en consecuencias adversas a corto y largo plazos. Para tratarlas eficazmente en su etapa activa, cuando la conducta de los participantes es inestable y de alto riesgo, es necesario abordar estas dimensiones incluyendo equipos interdisciplinarios. Estos equipos, compuestos por profesionales de diversas disciplinas de salud mental y adicciones, tales como medicina y psiquiatría de las adicciones, psicología, trabajo social, consejería y enfermería, colaboran para proporcionar una atención integrada. Para mejorar la efectividad y tratar de forma adecuada las complejidades de esta enfermedad, se desarrolló la subespecialidad de Medicina de las Adicciones (AM) para médicos primarios, sumándose a la subespecialidad de Psiquiatría de las Adicciones que la antecede. Actualmente, en Puerto Rico existe un solo programa de adiestramiento de AM que comenzó en 2019 y que ya ha graduado 9 subespecialistas. A continuación, definimos lo que son los equipos interdisciplinarios y su rol en el tratamiento de las adicciones, centrándose en su capacidad de ofrecer un enfoque holístico. De esa manera, se mejora la eficiencia del tratamiento y se garantiza la continuidad de la atención, para aumentar las posibilidades de recuperar el bienestar y lograr una abstinencia duradera, tanto del uso de sustancias como de conductas adictivas.1

Enfoques terapéuticos para tratar adicciones

No es sencillo formar equipos terapéuticos compuestos por médicos, psiquiatras, enfermería, trabajadores sociales, psicólogos y consejeros, entre otros. Los equipos tienen como fin compartir impresiones, estrategias y planes utilizando un lenguaje común basado en ciencia y respeto, que fomente la discusión entre el conocimiento y la formación de cada uno de sus integrantes. Se deben reunir regularmente y pueden ser multidisciplinarios, interdisciplinarios o transdisciplinarios. El equipo multidisciplinario se basa en la interacción de diversas disciplinas que utilizan el lenguaje particular de cada una para establecer metas en común. Este equipo es apropiado en etapas de mantenimiento a largo plazo del tratamiento. El equipo interdisciplinario armoniza los vínculos entre disciplinas en un todo coordinado, coherente y colaborativo, para solucionar problemas complejos e integrar la utilización de un lenguaje común por todas las disciplinas del equipo terapéutico. El equipo transdisciplinario integra las ciencias naturales, sociales y de la salud en un contexto de humanidades, que trasciende los límites tradicionales, compartiendo estrategias comunes preacordadas. Su desarrollo es idóneo para el tratamiento intensivo de las personas en los primeros meses de abstinencia. Las intervenciones interdisciplinarias permiten altas frecuencias de horas de citas semanales para resolver problemas complejos, proporcionar diversas perspectivas, crear preguntas de investigación completas, desarrollar definiciones clínicas y directrices y brindar servicios de salud integrales.1 Por eso, estas intervenciones, al contrario de las multidisciplinarias, permiten corroborar la certeza, validez y confiabilidad de la información dada por el participante, sus familiares, recursos de apoyo y hasta de los propios miembros del equipo.2 Dentro del tratamiento de adicciones, es necesario aclarar algunos términos, pues cada uno amerita una estructura y colaboración de disciplinas distintas en base a los niveles de programas de prevención en salud pública: Figura 1. Niveles de programas de prevención en salud pública. Estos niveles pueden ser complementarios, y los participantes de cada nivel no deben mezclarse, por lo que idealmente cada nivel se desenvuelve en una localidad distinta. Este escrito se centra en intervenciones basadas en nivel de prevención secundario.
  • Los servicios en las adicciones: se centran en brindar apoyo/recursos a nivel vocacional, financiero, vivienda, educativo y legal.
  • La reducción de daños: se considera un nivel de prevención terciario distinto a otros niveles.
  • Las terapias: incluyen modalidades que por sí solas no constituyen un tratamiento, pero que, al integrarse, dan lugar a un tratamiento integral.
  • El tratamiento: como lo define la Sociedad Americana de Medicina de Adicción (ASAM), se basa en la progresión a través de niveles basados en la severidad del trastorno.
  • Una reincidencia en conductas adictivas en un paciente en etapa de mantenimiento no siempre va a requerir un equipo de tratamiento sino posiblemente, intervenciones más frecuentes en oficina o multidisciplinarias por varias semanas.
  • Una reactivación severa de la enfermedad, con mayor deterioro y con retorno al consumo diario y continuo, es posible que requiera una reinserción en el equipo interdisciplinario por varias semanas para su estabilización.4
El equipo interdisciplinario, que debe incluir a familiares entrenados, facilita que un gran número de participantes logre la abstinencia de sustancias y de conductas adictivas. Así se pueden restaurar las funciones ejecutivas y aprovechar mejor el tratamiento y la autoayuda, acercándose al máximo potencial de rehabilitación.

Enfoque holístico de la atención

Una de las importantes ventajas de los equipos interdisciplinarios para tratar las adicciones es poder brindar una atención holística. Las enfermedades de adicción rara vez se presentan como un problema aislado; a menudo, son un síndrome o conjunto específico de síntomas acompañados de afecciones físicas y psicológicas que trastocan y complican el entorno sociofamiliar y los valores de quienes la sufren. Así, un equipo interdisciplinario en un mismo lugar de tratamiento permite su abordaje, asegurando que el tratamiento no se limite solo al aspecto físico, sino que se aborden los aspectos psicosociales de la enfermedad. Debido al deterioro cognitivo en las adicciones activas, es común que los participantes presenten ambivalencia y conductas inestables, además de un deterioro severo en su estilo de vida, conflictos sociales y legales, y baja motivación, lo que pudiera limitar la retención al tratamiento. Por esto, puede ser importante entrenar a un familiar y/o a los recursos de apoyo confiables como parte del equipo terapéutico.5 En este contexto, el tratamiento se fortalece al integrar intervenciones que se centren en mejorar el funcionamiento global del individuo. Este enfoque multimodal e interdisciplinario en un mismo lugar ha mostrado ser superior a intervenciones solo farmacológicas o exclusivamente psicoterapéuticas, y a intervenciones de carácter multidisciplinario.7,10 El nivel de intervención a seleccionar dependerá de la severidad del trastorno, pudiendo incluir un enfoque dirigido a la reducción de daños (nivel de prevención terciaria) con un equipo multidisciplinario, en lugar de una dependencia exclusiva de la abstinencia como medida de éxito.6 La combinación de tratamiento asistido con medicamentos, integrando un equipo de profesionales que ofrezcan servicios psicosociales, ha demostrado ser una estrategia efectiva en mejorar la retención al tratamiento así como a programas de reducción de daños, reducir el consumo de sustancias y las tasas de reincidencia.10 Estudios sugieren que, en la adicción a opioides, incorporar fármacos como metadona, buprenorfina, naltrexona, en combinación con terapias cognitivo-conductuales y apoyo psicosocial, incrementa significativamente la probabilidad de una recuperación funcional a largo plazo. Además, un estudio destacó la importancia de reconocer la enfermedad de la adicción como una de larga duración, tratable, similar a condiciones como la diabetes y, además, puntualizó la importancia de incorporar tratamientos interdisciplinarios para incrementar las tasas de adherencia al tratamiento y para reducir las tasas de recurrencia al consumo.5

Mejora en el compromiso del participante

Un momento crucial dentro del tratamiento es cuando el participante logra desarrollar un compromiso. A medida que el participante acumula tiempo en abstinencia y se van restaurando sus funciones cognitivas, él comienza un proceso de aprendizaje sobre la enfermedad y las terapias, lo que puede incentivar su motivación. Esto permite reconocer la enfermedad como una de larga duración y como el problema central, y aceptar la necesidad de buscar ayuda, desarrollando destrezas de autoayuda y asumiendo el rol de paciente. En esas etapas iniciales, se puede requerir un fuerte apoyo del equipo transdisciplinario, incluyendo al familiar, para asegurar el cumplimiento de los servicios o tratamientos necesarios. Sobre esto, los equipos interdisciplinarios que incluyen y adiestran a la familia aseguran o permiten una mejor integración de intervenciones psicológicas y conductuales, aumentando la adherencia y la motivación, además de incentivar la reintegración social del paciente.4,6

Atención en mantenimiento a largo plazo

La coordinación y la continuidad de la atención son elementos críticos en el tratamiento de la adicción, en especial dada la larga duración del trastorno. Los equipos interdisciplinarios ayudan a alinear a sus miembros con los objetivos de tratamiento y el progreso del paciente, lo que reduce el riesgo de retrasos en la atención y garantiza un enfoque continuo y coherente. En trastornos moderados a severos, los modelos de atención basados en evidencia han permitido un seguimiento constante con ajustes en el plan de tratamiento según se requiera, lo que es esencial para trabajar las reincidencias y adaptar la atención a las necesidades del paciente.7 Además, se ha identificado que la falta de coordinación entre los diferentes proveedores es una de las principales barreras para un tratamiento eficaz, lo que refuerza la importancia de los equipos interdisciplinarios.2 Estudios muestran que programas debidamente coordinados de manera interdisciplinaria pueden reducir las tasas de reincidencia hasta en un 40%.5,8 Luego de las etapas iniciales de estabilización y profundización, que pueden extenderse por tres meses o más, sigue una fase de integración y mantenimiento a largo plazo. En estas etapas, las citas suelen ser menos frecuentes y pueden llevarse a cabo por un terapeuta o un equipo multidisciplinario, según lo requiera cada caso.

Agotamiento en el equipo interdisciplinario

Los equipos interdisciplinarios ofrecen un enfoque colaborativo que distribuye la carga laboral entre sus miembros, fomentando una comunicación efectiva y un apoyo mutuo que reduce el riesgo de agotamiento (burnout). Las estrategias interdisciplinarias mejoran el bienestar emocional y profesional de los miembros del equipo al disminuir la sensación de aislamiento y permitir compartir los desafíos clínicos.12 Además, facilita la resolución conjunta de problemas, promueve la resiliencia y permite que los profesionales se enfoquen en sus áreas de especialidad, optimizando el uso de recursos y mejorando la calidad del cuidado.13 Esto disminuye los factores estresantes asociados con la sobrecarga de trabajo y la toma de decisiones unilaterales, protegiendo la salud mental de los integrantes del equipo.

Conclusión

Los equipos interdisciplinarios son fundamentales en las etapas iniciales del tratamiento intensivo de las adicciones al brindar una atención holística que fortalece el compromiso del paciente, asegura la continuidad de la atención y aumenta la adherencia al tratamiento, disminuyendo el riesgo de agotamiento de sus miembros. En los programas de reducción de daños o de mantenimiento a largo plazo, los equipos multidisciplinarios y de tratamiento basados en oficina pueden ser adecuados. La severidad de la enfermedad determinará el nivel de cuidado que amerite y garantice la mayor costo-efectividad a largo plazo. Por esto, es crucial promover la inclusión de estos equipos y de familiares de apoyo en centros que brinden tratamientos interdisciplinarios basados en evidencia, con el fin de controlar con la mayor prontitud posible la enfermedad y mejorar las tasas de adherencia al tratamiento.

Referencias

1. Choi BCK, et al. Multidisciplinarity, Interdisciplinarity and Transdisciplinarity in Health Research, Services, Education and Policy. Clinical and Investigative Med, vol. 29(6), 2006, pp. 351-364.

2. Vanstone M, et al. The Power of Team: Introduction to Interprofessional Care Teams in Opioid Use Disorder Treatment. Clinical and Social Services, Springer, 2021, pp. 153-173.

3. Fiellin DA. A Physician-Centered Approach to Addiction Identification and Treatment Misses the Opportunity for Interdisciplinary Solutions. J Substance Abuse Treatment. Vol 46(1), 2014: pp. 1-7.

4. Clark RE, et al. Outcomes in Multidisciplinary Approaches to Opioid Use Disorder Treatment. J Addiction Med. Vol 14(4), 2020: 247-257.

5. McLellan AT, et al. Drug Dependence, a Chronic Medical Illness: Implications for Treatment, Insurance, and Outcomes Evaluation. JAMA, vol. 284, no. 13, 2000, pp. 1689-1695.

6. Drake RE, et al. The Effectiveness of Integrated Treatment for Co-occurring Disorders. Psychiatric Services, vol. 52(4), 2001: 469-476.

7. Küfner H, et al. Interdisciplinary Collaboration in the Treatment of Alcohol Use Disorders in a General Hospital Department, Prevention, and Policy, Vol. 17 (9), 2022.

8. Kitson AL, et al. A Scoping Review of Interdisciplinary Approaches in Addiction Medicine. J Advanced Nursing, Vol. 69(1), 2013, pp. 1-12.

9. McLellan AT, et al. Addiction Severity Index – 5th Edition. Training Version. https://adai.uw.edu/instruments/pdf/addiction.severity_index_baseline_followup_4.pdf

10. Volkow ND, Boyle M. Understanding the Challenges and Treatment Strategies for Substance Use Disorders. J Neuroscience, 38(2), 2018, pp. 291–296.

11. Ramey T, Regier PS. Cognitive Impairment in Substance Use Disorders. CNS Spectrums, 24(1), 2019: 102–113.

12. Shanafelt TD, et al. Addressing Physician Burnout: The Way Forward. JAMA, vol. 317, no. 9, 2017, pp. 901–902.

13. West CP, et al. Physician Burnout: Contributors, Consequences, and Solutions. Mayo Clinic Proceedings, vol. 93(3), 2018, pp. 391–401.

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