
Amara Guerrero García, MD
Dermatology Research Fellow, Sección Dermatología, PHSU – School of Medicine

Néstor P. Sánchez, MD, FAAD
Profesor de Dermatología y Patología, Escuela de Medicina, Universidad de Puerto Rico (Retirado)
Director de la Sección de Dermatología, Ponce Health Sciences University – School of Medicine
Consultor, Hospital Menonita, Aibonito
Introducción
La psoriasis es un trastorno inflamatorio crónico mediado por el sistema inmunológico que afecta del 2% al 3% de la población mundial. Esta enfermedad autoinmune no solo causa lesiones cutáneas, sino que también impacta significativamente en la calidad de vida de los pacientes debido a su naturaleza crónica y debilitante. La psoriasis se caracteriza por la interacción compleja entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo, lo que resulta en la hiperproliferación de queratinocitos y la formación de placas eritematosas y escamosas. Entre el 6% y el 11% de los pacientes con psoriasis desarrollan artritis psoriásica, una forma inflamatoria de artritis que afecta las articulaciones y puede llevar a la deformidad si no se trata adecuadamente.1 La psoriasis se presenta principalmente como placas enrojecidas cubiertas por escamas grises, que afectan diversas áreas del cuerpo. La extensión de la superficie corporal afectada varía considerablemente entre los pacientes: cerca del 80% de ellos tienen una forma leve –con menos del 2% de su piel afectada–, mientras que el 20% restante presenta una forma más grave, con áreas más extensas comprometidas.2Psoriasis y riesgo cardiovascular
La relación entre psoriasis y enfermedades cardiovasculares es un área de creciente interés en la literatura médica, con una prevalencia estimada de enfermedades cardiovasculares del 14.3 % en pacientes con psoriasis en América del Norte.1 Diversos estudios han demostrado que los pacientes con psoriasis tienen un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos, como enfermedad arterial coronaria, infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Este aumento del riesgo se atribuye principalmente a la inflamación crónica sistémica que caracteriza a la psoriasis. La respuesta inmunitaria tipo TH1, caracterizada por la activación de células T y la liberación de citocinas proinflamatorias, juega un papel crucial en el desarrollo de la aterosclerosis y el riesgo cardiovascular. Entre los factores que contribuyen a esta relación se incluyen:- Obesidad y síndrome metabólico: elevada prevalencia de obesidad central, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, hipertensión y dislipidemia aterogénica.1
- Consumo de tabaco: la nicotina altera vías de señalización celular y promueve citocinas inflamatorias, contribuyendo tanto al agravamiento de la psoriasis como al riesgo vascular.1
- Dislipidemia: perfil lipídico aterogénico con HDL bajo y triglicéridos y LDL
- Hipertensión: varios estudios han demostrado que los pacientes con psoriasis presentan una mayor prevalencia de hipertensión, especialmente aquellos con formas graves de la enfermedad. Este vínculo se explica por la inflamación crónica, un mecanismo subyacente común tanto en la psoriasis como en la hipertensión.
- Diabetes: la prevalencia de diabetes tipo 2 es mayor en pacientes con psoriasis, observándose una mayor incidencia en aquellos con psoriasis más severa. Este vínculo puede estar relacionado con la obesidad, la resistencia a la insulina y la inflamación crónica, aunque también se han identificado mecanismos genéticos comunes entre la psoriasis y la diabetes tipo 2.1
Conclusión
La psoriasis es más que una enfermedad cutánea, ya que está asociada con un mayor riesgo de comorbilidades, especialmente trastornos cardiovasculares. Actualmente, se considera que la psoriasis es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad arterial coronaria e infarto agudo de miocardio, más allá de los factores de riesgo tradicionales.2 En resumen, los pacientes con psoriasis y artritis psoriásica tienen un riesgo elevado de morbilidad y mortalidad cardiovascular en comparación con la población general, por lo que es fundamental que abordemos tanto los síntomas cutáneos como los factores de riesgo cardiovascular para mejorar su salud general.Referencias
- Masson W, Lobo M, Molinero G. Psoriasis and Cardiovascular Risk: A Comprehensive Review. Adv Ther. 2020 May; 37(5): 2017–2033. doi: 10.1007/s12325-020-01346-6.
- Gelfand JM, Neimann AL, Shin DB, et al. Risk of myocardial infarction in patients with psoriasis. JAMA. 2006 Oct 11; 296(14): 1735–41. doi: 10.1001/jama.296.14.1735.
- Kakarala CL, Hassan M, Belavadi R, et al. Beyond the Skin Plaques: Psoriasis and Its Cardiovascular Comorbidities. Cureus. 2021 Nov 17; 13(11): e19679. doi: 10.7759/cureus.19679.