Dermatitis atópica y obesidad en niños de Puerto Rico: Recomendaciones para su prevención

Mariely Agosto Pérez, MD, FAAP

Especialista en Pediatría, Presidenta Sociedad Puertorriqueña de Pediatría.

Nahil Maldonado Meléndez, MD

Residencia de Pediatría, Puerto Rico Children’s Hospital, Bayamón, PR

Jim Sánchez Díaz, MD

Residencia de Pediatría, Puerto Rico Children’s Hospital, Bayamón, PR


La dermatitis atópica, también conocida como eczema, es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta la piel y que puede manifestarse desde la infancia temprana. Se estima que entre un 10% y un 20% de la población mundial ha experimentado esta condición en algún momento de su vida. Aunque puede presentarse en cualquier etapa, su inicio frecuente en los primeros años de vida la convierte en una de las afecciones dermatológicas más comunes en pediatría.

Esta enfermedad se caracteriza por lesiones cutáneas secas, inflamadas y en forma de parches, que tienden a localizarse principalmente en áreas de flexión como los pliegues del codo (antecubitales) y de las rodillas (poplíteos). Además del evidente impacto físico, uno de los síntomas más molestos es la picazón intensa que acompaña a estas lesiones. Esta picazón puede llegar a alterar significativamente la calidad de vida del paciente, interfiriendo con el sueño, la concentración e incluso con la salud mental, especialmente en niños.

Ilustración 1: Manifestación típica de dermatitis atópica.

 

 

Parte de un conjunto más amplio

La dermatitis atópica no suele presentarse de forma aislada. Se considera una de las primeras manifestaciones dentro de lo que se conoce como la “marcha atópica”, un término utilizado para describir la progresión típica de las enfermedades alérgicas en la infancia.

Los niños que desarrollan dermatitis atópica en sus primeros años de vida tienen mayor riesgo de desarrollar posteriormente alergias alimentarias, asma y rinitis alérgica durante la niñez o incluso en la adultez. El motivo de esta progresión parece estar relacionado con la disfunción de la barrera cutánea, lo que es característico de la dermatitis atópica. Cuando esta barrera está comprometida, los alérgenos comunes del ambiente –como el polvo, el polen o la caspa de animales– pueden penetrar con mayor facilidad y desencadenar una respuesta inmunológica exagerada. Esta respuesta, a su vez, puede provocar inflamación crónica y predisponer a la aparición de otras condiciones alérgicas.

Ilustración 2: La marcha atópica y su relación con la dermatitis atópica.

 

Etiología

Se ha investigado ampliamente el mecanismo subyacente de la dermatitis atópica y, aunque no existe una única causa, se cree que es el resultado de una compleja interacción entre factores genéticos, inmunológicos y ambientales. En muchos casos, existe una desregulación del sistema inmunitario que conduce a una inflamación persistente y a una incapacidad de la piel para actuar como una barrera efectiva.

En este contexto, también se ha comenzado a estudiar una relación interesante entre la dermatitis atópica y la obesidad. Diversos estudios sugieren que el exceso de peso podría desempeñar un papel en la aparición o severidad de la dermatitis atópica, especialmente en la población pediátrica.

El vínculo con la obesidad

La obesidad infantil se define como un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior al percentil 95 para la edad y el sexo, según las tablas de crecimiento del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Según datos del CDC de 2022, cerca del 22.2% de los niños y adolescentes entre 2 y 19 años en Estados Unidos eran considerados obesos. En Puerto Rico, un informe del Sistema de Vigilancia de Conductas de Riesgo Juvenil del año 2017 reveló que el 24.2% de los estudiantes entre los grados 9 a 12 tenían sobrepeso u obesidad.

Estas cifras son alarmantes por sí solas, pero se vuelven aún más relevantes al considerar los posibles efectos de la obesidad sobre otras enfermedades, incluida la dermatitis atópica. Un estudio reciente, realizado en 2021, reveló que los niños con dermatitis atópica presentaban niveles más altos de colesterol total y triglicéridos. A su vez, estos perfiles lipídicos elevados se asociaban con mayor severidad de la enfermedad según el SCORAD Index. Estos hallazgos sugieren que la inflamación sistémica asociada al exceso de grasa corporal podría empeorar la condición de la piel.

Investigación local: aportando al conocimiento desde Puerto Rico

Conscientes de la importancia de entender esta relación en el contexto puertorriqueño, un equipo de residentes del Programa de Pediatría del Puerto Rico Children’s Hospital, en colaboración con la clínica Salud Integral en la Montaña (SIM), llevó a cabo un proyecto de investigación pionero.

Utilizando registros electrónicos de salud, recolectaron datos con el objetivo de explorar la posible asociación entre dermatitis atópica y obesidad infantil en la población pediátrica atendida por ambas instituciones.

Resultados: La investigación llevada a cabo a inicios de 2025 reveló que el 17.4% de la población analizada presentaba signos de dermatitis atópica, evidenciando la significativa presencia de esta condición en la muestra estudiada. Estos resultados representan un paso significativo hacia la generación de evidencia científica basada en datos locales. A través de esta iniciativa, no solo se contribuye al conocimiento médico en Puerto Rico, sino que se sientan las bases para futuras investigaciones que consideren la diversidad demográfica y los determinantes sociales de salud únicos de la isla.

Significado para padres y cuidadores

Para los padres de niños que padecen dermatitis atópica, esta información subraya la importancia de una atención médica integral que no se limite únicamente al tratamiento tópico de la piel. Mantener un peso saludable, fomentar una alimentación balanceada y evitar el sedentarismo no solo es esencial para prevenir enfermedades metabólicas a largo plazo, sino que también podría tener un impacto positivo en el manejo de la dermatitis atópica.

Además, conocer los factores desencadenantes específicos de cada paciente –como ciertos alimentos, el polvo o el estrés– permite establecer estrategias personalizadas de prevención. La educación junto con el cuidado y el seguimiento médico son esenciales para controlar los síntomas y evitar que la enfermedad progrese a otras afecciones más complejas como el asma.

Comentario: una enfermedad con múltiples dimensiones

La dermatitis atópica es mucho más que una simple irritación de la piel. Se trata de una condición con múltiples dimensiones –inmunológicas, ambientales, psicológicas y metabólicas– que requiere una atención holística. Aunque no tiene cura definitiva, su manejo adecuado puede hacer una gran diferencia en la calidad de vida del paciente. La clave está en la prevención, en el diagnóstico temprano y en un tratamiento que considere todos los aspectos del bienestar del niño o adulto afectados.

Referencias

  1. Sánchez J, et al. “Association between Atopic dermatitis and Obesity in Pediatric Patients in Puerto Rico”. 2025.
  2. Kim JH, et al. Association of serum lipid parameters with the SCORAD index and onset of atopic dermatitis in children. Pediatr Allergy Immunol. 2021 Feb;32(2):322-330. doi: 10.1111/pai.13391.
  3. Williams H, Stewart A, von Mutius E, Cookson W, Anderson HR. Is eczema really on the increase worldwide? J. Allergy Clin. Immunol. 2008, 121, 947–954.e15.
  4. Silverberg J, et al. Central Obesity and High Blood Pressure in Pediatric Patients with Atopic Dermatitis. JAMA Dermatol. 2015:151(2):144-152. doi:10.1001/jamadermatol.2014.3059

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