Opinión, invitado del mes
Opinión, invitado del mes
El criterio médico, los estudios clínicos y lo que hemos aprendido de WHI
El reto para los clínicos es tomar decisiones que sean aplicables y correctas para cada paciente. Esto requiere individualización y la aplicación del conocimiento, adaptándolo según la experiencia del clínico, al problema individual de cada paciente. A esta toma de decisiones durante la interacción médico-paciente la denomino ‘criterio médico’. Esto se basa en el conocimiento, la experiencia, la educación y la información de la literatura. Nosotros sabemos más de lo que encontramos en la literatura. Es así que el impacto final sobre un paciente no será el resultado de un test simple o de un estudio clínico. Todo este proceso es el arte y la ciencia de la medicina. Esa es la razón fundamental por la que los clínicos disfrutan su trabajo y por la que son tan apreciados por los pacientes.
Un ejemplo dramático del manejo actual de la información se observa en la publicidad que se creó alrededor de las publicaciones de Women’s Health Initiative (WHI) y en el profundo impacto negativo que estas tuvieron sobre clínicos y pacientes en relación al uso de terapia de sustitución hormonal postmenopáusica. Se nos dijo repetidamente que 20 años de investigación sobre terapia hormonal y su relación con la enfermedad cardiovascular estaban equivocados. En los primeros meses luego de la publicación de los resultados de WHI hubo gran rechazo a analizar críticamente esta data.
Recuerdo bien cuando estuve en una reunión de 50 académicos en julio de 2002, en la que Jacques Rossouw del National Heart, Lung and Blood Institute y autor de la primera publicación de WHI nos comentaba su intención de crear un gran impacto público. Lo logró en una forma espectacular.
El primer y segundo años siguientes sólo fuimos un puñado de pocos intrépidos quienes levantamos la voz criticando al WHI. Recuerdo una ocasión en que salía de una presentación de Broadway con mi esposa cuando un clínico de New Jersey me increpó diciéndome que yo negaba la verdad.
Sin embargo, 5 años después, en el 2007 los investigadores de WHI publicaron un segundo estudio clínico, tomando en cuenta la edad y los años transcurridos después de la menopausia. Cuando en estos estudios se excluyó a mujeres con antecedentes cardiovasculares o mayores de 60 años, el riesgo de infarto no aumentó estadísticamente en mujeres con menos de 10 años de menopausia.
Recuerdo a Trudy Bush, una maestra y gran investigadora en muchos estudios sobre mujeres postmenopáusicas. Ella siempre argumentaba que el objetivo de las ciencias básicas y clínicas es conocer la verdad. Y cada estudio, sin importar cuán bueno o cuán amplio sea, sólo brinda un punto de vista sobre la verdad. Ella postulaba que había que tener muchos puntos de vista para estar más cerca de la verdad. Esa es la gran lección de WHI.
¿Acaso no tiene más sentido y es más lógico que un estudio clínico coincida con una gran cantidad de material de investigación clínica? Opino que si, y que mientras más puntos de vista haya, más nos acercamos a la verdad.