Trasplante de hígado:

un gran avance en Puerto Rico
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Rafael Pastrana, MD
Gastroenterólogo, Hepatólogo,
Auxilio Centro de Trasplante

El trasplante de hígado es el procedimiento para reemplazar un hígado enfermo por uno saludable. Hoy es el único tratamiento definitivo disponible para la enfermedad de hígado terminal, ya que no hay medicamentos que reviertan la cirrosis. También sirve de tratamiento para otras condiciones como el fallo hepático agudo, las enfermedades metabólicas avanzadas y el cáncer de hígado. Anteriormente, todo paciente que fuera candidato a trasplante tenía que ser referido a algún centro en los Estados Unidos, lo que lo dificultaba para la mayoría de pacientes dado el costo que conlleva todo el proceso. En 2012, ello cambió al realizarse el primer trasplante de hígado en Puerto Rico. Desde entonces hasta febrero de 2017 se han realizado 186 trasplantes de forma exitosa.

Las principales causas de trasplante en Puerto Rico incluyen cirrosis secundaria a hepatitis C, enfermedad de hígado por grasa (esteatohepatitis), consumo de alcohol y enfermedades autoinmunes, entre otras.

Selección del candidato a trasplante

El proceso de selección de un candidato a trasplante es riguroso y exhaustivo: se evalúan múltiples aspectos del paciente, incluyendo su enfermedad hepática, comorbilidades, el aspecto social y el estado psicológico. Es un proceso regulado por United Network for Organ Sharing (UNOS), organización independiente y sin fines de lucro comprometida con salvar vidas, que unifica y apoya los esfuerzos de trasplante y donación. Como existe un número mayor de pacientes en necesidad de trasplante que el número de donantes disponible, UNOS creó reglas que sirven de estándar para asegurar que el proceso de selección de candidatos para trasplante sea justo y adecuado. Se asigna prioridad a los candidatos a trasplante de acuerdo a la severidad de la enfermedad hepática, utilizando la escala “Model for End-Stage Liver Disease” (MELD), que asigna una puntuación que varía desde 6 hasta 40 puntos. Esta puntuación estima el riesgo de mortalidad dentro de los próximos 90 días si no se realiza un trasplante de hígado. Una puntuación elevada adjudica una mayor prioridad. Esta puntuación se calcula utilizando el “International Normalized Ratio” (INR), la bilirrubina total en suero y la creatinina en suero. Actualmente se debe evaluar para trasplante de hígado a todo aquel paciente con cirrosis con una puntuación de 15 puntos o más en la escala MELD, y a todo paciente con cirrosis que haya desarrollado complicaciones como ascitis, encefalopatía hepática o hemorragia por várices. Desde 2016, la escala MELD incluye también el nivel de sodio en la sangre como un factor adicional (MELD-Na)

Contraindicaciones

Existen contraindicaciones para el trasplante de hígado, como la enfermedad cardiopulmonar que no pueda ser corregida y que conlleve un riesgo prohibitivo para la cirugía, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, la malignidad fuera del hígado que no cumpla con criterios de cura, un cáncer hepatocelular con metástasis, colangiocarcinoma intrahepático, hemangiosarcoma, anomalías anatómicas que impidan el trasplante, sepsis descontrolada, fallo hepático agudo con presión intracraneal sostenida mayor de 50 mmHg, carencia de apoyo social e incapacidad de adherirse a un seguimiento médico adecuado.

Comentario

Tener un centro de trasplante de hígado en nuestra isla es un gran avance al momento de considerar un trasplante como tratamiento definitivo a la enfermedad de hígado avanzada. La concienciación de la disponibilidad y acceso a la opción de un trasplante en nuestra sociedad y comunidad médica es de vital importancia para proveer una atención temprana y ofrecer un manejo de excelencia.

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