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Mary Cassatt

(1844-1926): Más allá del Impresionismo

Jesús María del Rincón

Jesús María del Rincón
Retratista
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www.delrinconportraits.com

Ven, quiero que conozcas a Mary Cassatt!” –me dijo entusiasmado mi marchante de pintura, en una exposición. –Estarás bromeando –le dije. –No, no lo estoy. Señora, le presento a Jesús María del Rincón, un colega suyo, español para más datos. –Un placer –me dijo la anciana de sonrisa dulce. –Señora, qué honor, pero usted… –Sí, ya sé; se supone que esté muerta y… –Pues ya que está aquí, ¿le importaría contarme algo de su vida? Me intriga.

Mary Cassatt: Nací en 1844 en Pensilvania. Éramos una familia acomodada y, debido a los negocios de mi padre, viajamos por 5 años en Europa, donde aprendí varios idiomas y tomé lecciones de Dibujo y Música. De regreso a Pensilvania y sin la aprobación de mi padre, estudié Pintura en la Academia de Bellas Artes.

Del Rincón: ¿Por qué razón se mudó a París?

Mary Cassatt: Cansada de profesores mediocres y ávida por aprender más, fui a París con mi madre. Allí las mujeres no podían inscribirse en la Escuela de Bellas Artes, por lo que estudié con profesores privados y practiqué como copista en el Louvre.

Del Rincón: ¿Por qué regresó a Estados Unidos?

Mary Cassatt: Por la guerra franco-prusiana. Al volver, mi pintura recibía algunos elogios y nada más, hasta que el arzobispo de Pittsburg me contrató para realizar dos copias de Correggio en Italia. Después viajé a Madrid y Sevilla, donde me nutrí de los maestros antiguos españoles, quienes fueron una auténtica fuente de inspiración. 18-9.jpg

Del Rincón: ¿Los caminos la llevaban a Francia?

Mary Cassatt: Sí, fui invitada a exhibir en el Salón de París, aunque las críticas no fueron halagadoras y las mujeres no éramos aceptadas en ciertos círculos. Admiraba a Degas y recuerdo que vi en un escaparate sus pinturas al pastel. Solía aplastar mi nariz contra las ventanas para ver su arte. Esto cambió mi vida, ya que pude apreciar el arte como siempre quise verlo.

Del Rincón: ¿Qué me dice del Impresionismo?

Mary Cassatt: A través de Pissarro conocí a Degas, quien me invitó a exponer con los impresionistas. Aun habiendo tenido cierto éxito tuve que dejar la pintura porque mi hermana y mi madre enfermaron. La primera falleció, pero mi madre sanó y esto me dio ánimo para volver a pintar. _ Del Rincón: ¿Dónde triunfó realmente?

Mary Cassatt: Con mis obras de maternidades tuve mucho reconocimiento en Nueva York. Las sentía a pesar de no haber tenido hijos. Siempre pensé que el matrimonio era incompatible con mi carrera.

Del Rincón: ¿Le gustaba la vanguardia de su época?

Mary Cassatt: ¡Para nada! Aunque causaron furor entre los esnobs, el posimpresionismo y el cubismo me parecían una aberración.

Del Rincón: ¿Cómo fueron sus últimos años?

Mary Cassatt: Tuve una crisis de salud; la diabetes y las cataratas me hicieron perder la vista. Ese fue el fin de mi carrera. Fallecí en 1926 en Francia, el país que me había concedido, 22 años antes, la Legión de Honor, por mi aporte a al impresionismo.

Y ahora… ¡Au revoir, monsieur!, me dijo, y sin más se perdió entre el público.