ARTE

El amor es el detonante

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Sylvia Villafañe
Galerista y gestora de proyectos culturales
Galería Petrus
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www.petrusgallery.com
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El arte es un elemento para compartir. A través de su selección se tejen historias, momentos de celebración y hasta relatos que van de familia en familia. Su adquisición muchas veces se convierte en metas que logramos o, simplemente, en un recuerdo de algo que elegimos para ser parte de la vida.

Si uno piensa en obras de arte que celebren el amor, de inmediato se viene a la mente el lienzo famoso, El beso, del pintor austriaco Gustav Klimt, con esa pareja regocijada en su encuentro pintada en un óleo con laminillas de oro. También podemos recordar El beso de los amantes, del surrealista belga René Magritte, que destaca a una pareja besándose con sus cabezas cubiertas por un manto. Eso está muy bien, pero ¿qué tal si ampliamos la colección de imágenes que guardamos en la memoria? Los invito a esto:

Hoy en día jóvenes artistas nuestras crean obras alusivas a este sentimiento como son Viviana del Mar Santiago, Tonita Hambleton, Elsa María Melendez, Ivonne Prats y Olga Lang, entre otras. Y a través de los años, otros artistas puertorriqueños también han usado el amor, en sus distintas vertientes, como punta de lanza para crear nuevas formas.

Por ejemplo, en 1905, Ramón Frade pintó el óleo sobre madera, Rêverie d’amour, en la que se ve una joven mujer en descanso, quizás observada con ojos de amor. Frade se inspiró en La Odalisca, del español Mariano Fortuny, al realizar este cuadro que integra la colección del Museo de Arte de Puerto Rico en Santurce.

Myrna Báez no se queda atrás y presentó en 1979 La venus roja, una serigrafía en la que vemos a una mujer recostada sobre un diván, de espaldas al espectador, y desnuda. Su silueta es roja y dos querubines sostienen el espejo donde se mira. La pieza pertenece al Museo de Arte de Bayamón.

El amor materno se honra en la escultura en bronce, Turulete que, en 2003, trabajó el artista Rafael López. Una mujer mima a su hijo en brazos en el trabajo.

Por otra parte, el amor espiritual fue abordado por Rafael Tufiño en la xilografía creada en 1969, El bautismo. En la imagen se aprecian una pila bautismal, ángeles, figuras sagradas, y se descubre la forma de la isla con un diminuto corazón en su interior, y resalta el verso: “el día en que tú naciste, nacieron todas las flores”.

Y la última obra que mencionamos ahora no la pintó un puertorriqueño, pero por años su casa ha sido esta isla. Se trata de Sol ardiente de junio, de Frederic Lord Leighton, obra emblemática del Museo de Arte de Ponce. El artista dedicó gran parte de su trabajo a celebrar la figura femenina y este es uno de sus mejores logros.

Esto, sin duda, también es amor.

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