Artritis reumatoide:

Breve discusión sobre opciones de medicina alternativa o complementaria
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Especial para Galenus - Revista para los médicos de Puerto Rico -
Condensado de National Center for Complementary and
Alternative Medicine
, de los Institutos Nacionales de Salud (NIH)

La artritis reumatoide (AR) suele mostrar dolor, inflamación, rigidez y pérdida de función articular, y la terapia médica convencional es altamente efectiva.

La información científica sobre opciones de medicina complementaria ha sido siempre limitada. Por ello, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) promueven su estudio en el Centro de Medicina Complementaria y Alterna. Algunos de estos tratamientos buscan reducir la inflamación o el dolor. Este resumen discute algunas alternativas terapéuticas de mente y cuerpo, de nutrición y otras que son evaluadas.

| Puntos claves

  • Los actuales tratamientos convencionales son altamente efectivos en disminuir o frenar el daño permanente a las articulaciones en AR;
  • No se debe reemplazar la terapia médica convencional por prácticas o por productos que no han sido científicamente probados;
  • En general, no hay suficiente evidencia que pruebe que cualquier opción complementaria sea de beneficio en artritis reumatoide;
  • Algunas prácticas de “mente y cuerpo” y de nutrición podrían ayudar a manejar los síntomas y ser un complemento adicional a los tratamientos convencionales en AR, pero no hay estudios concluyentes ni suficiente evidencia para ello;
  • Algunas prácticas complementarias –en particular suplementos nutricionales– pueden producir efectos secundarios que interactúen con la medicina tradicional, o viceversa. El término “natural” no significa “seguro”. En particular, la hierba tripterygium wilfordii (thunder god vine) puede tener serios efectos adversos; y
  • Es importante estar informados sobre las alternativas complementarias que los pacientes puedan utilizar, para así poder ofrecerles un cuidado seguro. |

| Tratamiento para artritis reumatoide _ Es importante un diagnóstico temprano para iniciar cuanto antes un tratamiento y poder así evitar un daño permanente a las articulaciones que puede ser progresivo y limitante.

Las alternativas convencionales en AR son:

  • Medicamentos modificadores de la enfermedad (DMARDs), que disminuyen la progresión de la enfermedad;
  • Modificadores de la respuesta biológica para reducir la inflamación y el daño estructural;
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (NSAIDs) y corticoesteroides, para reducir la inflamación; y
  • Otras opciones incluyen cirugía, terapia física, programas de ejercicio adaptado así como elementos ortopédicos que den soporte o ayuden a disminuir la carga sobre alguna articulación. También se puede aconsejar a los pacientes con AR a hacer algunos cambios en su modo de vida, como buscar balancear la actividad física con el reposo, tener una alimentación saludable y un peso adecuado, así como disminuir el estrés emocional. |

Sobre la evidencia científica de las opciones de la medicina complementaria

La evidencia científica incluye resultados de laboratorio y estudios clínicos en humanos, los que tienen que cumplir las normas científicas que se emplean para los estudios clínicos de revisión y de meta-análisis.

Lo que dice la ciencia

Resumiendo los muchos estudios, se puede concluir que, por lo general, no hay evidencia científica que pruebe que los métodos complementarios puedan ser de beneficio en AR y hay dudas sobre la seguridad de los mismos.

Prácticas de mente y cuerpo

Los estudios clínicos sugieren que algunas formas de prácticas de “mente-cuerpo” tales como la relajación, la meditación, el tai chi o el yoga ayudan a controlar los síntomas en pacientes con AR o que pueden ser de apoyo al tratamiento convencional.

Suplementos nutricionales

Ningún suplemento nutricional ha demostrado beneficios claros en AR. Se debe estudiar aún su interacción con la medicina convencional.

  • Aceites de pescado y ácidos grasos omega-3: los estudios clínicos en AR han demostrado que pueden aliviar las articulaciones tensas, sobre todo en las mañanas, y que pueden disminuir la dosis necesaria de NSAIDs en cerca del 30% en un periodo de 9 meses. Por otro lado, pueden disminuir la coagulación, lo que puede ser crítico en pacientes con anticoagulantes o con factores de riesgo.
  • Ácido gamma-linoleico (GLA): es un ácido graso omega-6 que se encuentra en algunas semillas. Se dice que puede reducir la inflamación, pero los estudios aún no son consistentes. Otros estudios más rigurosos sugieren que puede aliviar síntomas y llevar a disminuir la dosis de las medicinas convencionales. Pero puede tener efectos adversos a nivel digestivo e intestinal, y algunos preparados con alcaloides de pirrolisidina pueden dañar el hígado.
  • Tripterygium wilfordii (Thunder god vine): se ha usado por siglos en la medicina tradicional china. Se dice que puede tener efectos antiinflamatorios, pero también puede suprimir el sistema inmune. Una revisión sistemática mostró efectos adversos como irregularidades menstruales, osteoporosis, y en los hombres, infertilidad. También puede producir diarreas, malestar gástrico, cefaleas y alopecia.

Además hay estudios con jengibre, té verde y cúrcuma que todavía no son concluyentes y que, si bien pueden sugerir cierto efecto antiinflamatorio, este todavía no ha sido demostrado en humanos.

  • También se estudian métodos de medicina ayurvédica, de la India, que aún son insuficientes;
  • La balneoterapia, que se usa en algunos países del este de Europa, no tiene estudios confiables que permitan llegar a conclusiones concretas; y
  • Algunas dietas, por ejemplo de tipo vegetariano, mediterráneas o ayunos periódicos no han tenido estudios de investigación concluyentes. Una desventaja de las dietas es que es muy difícil mantenerlas y algunas pueden llevar inclusive a cierta desnutrición o malnutrición.

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