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Actuando como facilitadores de la educación de nuestros hijos

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Dr. J.R. Román
www.motivando.com
jrromanmotivando@gmail.com

Para lograr la transformación de nuestros hijos se requieren padres comprometidos, compartiendo los principios que gobiernan el crecimiento de sus vidas, ayudando a que ellos encuentren su propósito, ampliando su visión, fortaleciendo sus valores para que formen su carácter y que esto los lleve a un nuevo destino de éxito. Para lograrlo, se debe tomar el camino de la responsabilidad, el compromiso, la transparencia y hacer un pacto con los hijos. Hay que liberar el potencial humano en el cual descubran sus dones, sus capacidades, sus inteligencias y las oportunidades que se les puedan presentar. Se requiere elevarse sobre las influencias negativas; que uno elija convertirse en un modelo que genere la fuerza del cambio, utilizando la creatividad e inspirando a los hijos a que descubran su propósito, su vocación y su destino.

El don más importante que Dios nos ha dado es elegir: Tenemos dos opciones: transitar el camino de la mediocridad o el de la excelencia. Hay cuatro elementos que llevarán a los hijos al éxito.

  1. La visión, que identifica lo que quieren lograr. Hay que reinventarse. Para ello hay que creer, hay que soñar, tener nuevas metas, nuevos planes y más acción. La visión tiene que ser más grande que los problemas, más grande que los fracasos alcanzados, más grande que nuestros conocimientos y más grande que las cicatrices emocionales de nuestro pasado; -# La disciplina representa cómo lo pueden lograr. Es hacer lo que hay que hacer para provocar que las cosas sucedan. Es hacer el sacrificio para conquistar la visión. Es la fuerza de voluntad para convertir lo invisible en visible, lo difícil en fácil y lo imposible en posible. Las personas disciplinadas consiguen su libertad, son realmente libres. Los indisciplinados son esclavos de sus emociones, de sus apetitos y de sus pasiones; -# La pasión nace en el corazón de la persona, es optimismo, entusiasmo, determinación. Se crea una fuerza contagiosa para elegir el cambio, donde los talentos, los dones, las habilidades se cruzan con las necesidades de las personas y se descubre la vocación para hacer el trabajo que se nos ha delegado; y -# La conciencia proporciona el propósito, el porqué. Es sacrificio, es someter nuestro ego a un propósito, a una causa o a un principio superior. Es renunciar a algo bueno por algo mejor. Cuando la persona se esfuerza por vivir según su conciencia, el resultado es integridad y serenidad.

Es vital que los padres se conviertan en líderes de sus hijos, que les transmitan su valor como persona. Deben hacerlo de una forma tan clara y tan genuina que los motive a ver en su interior su potencial para comenzar un proceso de transformación y crecimiento. Los padres deben influenciar, motivar e inspirar a sus hijos para conseguir buenos resultados. Hay que dirigir y establecer las reglas para que sus hijos puedan alcanzar los objetivos.

Los padres deben organizar, coordinar los recursos y la energía de sus hijos para que utilicen su potencial. Deben inspirar a sus hijos para que tengan confianza en utilizar sus experiencias, para que puedan crecer y desarrollarse como líderes. Deben poner en práctica lo que predican y vivir de forma auténtica, comprometidos con sus principios, fortaleciendo los valores, la convicción y la fe en sus hijos. Los padres están llamados a ser facilitadores de la educación y formación de sus hijos. Ellos lo agradecerán.

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