Nefritis lúpica:

Una manifestación común en lupus eritematoso sistémico (SLE)
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William A. Jorge Lara, MD
Medicina Interna y Nefrología
Director del Departamento de Nefrología,
Hima-San Pablo Caguas

El lupus eritematoso sistémico (SLE) es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar múltiples órganos. El compromiso renal en SLE se conoce como nefritis lúpica (lupus nefritis), y se presenta con una alta incidencia en niños y adultos jóvenes. Puede ocurrir en más del 50% de los pacientes con SLE y suele presentarse en los primeros 3 años del diagnóstico de SLE.

Síntomas y diagnóstico

Las manifestaciones más comunes de la nefritis lúpica son la proteinuria y la microhematuria y, eventualmente, una reducción en la función renal. La disminución en la función renal no se presenta en etapas tempranas, excepto en casos agresivos de la nefritis en que ocurre una glomerulopatía rápidamente progresiva. Después de que se confi rma el diagnóstico de SLE por pruebas de laboratorio, puede surgir evidencia de enfermedad renal en los primeros 3 años de dicho diagnóstico.

Los signos de compromiso renal se relacionan con los hallazgos de laboratorio. Por ejemplo, pacientes con proteinuria en el rango nefrótico (>3,5g/día) presentan edema de las extremidades inferiores y edema peritoneal. Todo paciente con proteinuria debe ser evaluado por un nefrólogo ya que esta elevación puede deberse a múltiples razones y no solo a una diabetes o una hipertensión, como se suele pensar.

Los parámetros tradicionales como la creatinina en suero y la excreción de proteína (cuantifi cados en una colección de orina de 24 horas) se complementan con una revisión seriada del sedimento urinario microscópico, cambios en los niveles de complemento en suero, títulos de ANA y anticuerpos de DNA de doble cadena. Hay múltiples pruebas de orina, sangre y marcadores nefrológicos que sirven para llegar a un diagnóstico de nefritis por SLE, pero el diagnóstico certero se hace con una biopsia del riñón. Por lo tanto, los pacientes con sospecha de compromiso renal deben ser sometidos a una biopsia para la evaluación microscópica electrónica y por inmunofluorescencia.

Opciones terapéuticas

Hoy en día existen diversos tratamientos para la nefritis lúpica, de acuerdo a los hallazgos histológicos. En las etapas tempranas (clase I y II) que representan puramente enfermedad del mesangio, el pronóstico es mejor. En las etapas avanzadas (clase III y IV) el tratamiento se divide en fases de inducción y mantenimiento de la inmunosupresión para lograr detener la progresión de la enfermedad y preservar la función renal. Estudios epidemiológicos han sugerido que el uso de inhibidores de la convertasa de angiotensina (ACE inhibitor) retrasan el desarrollo del compromiso renal en SLE. Inicialmente se administra un “pulso” de corticoesteroides por vía intravenosa seguido por un régimen oral. Si no se observa la respuesta esperada, se utilizan otras terapias inmunosupresoras, como ciclofosfamida, micofenolato de mofetilo, azatioprina, entre otros.

Comentario

Es primordial que el médico primario trabaje junto con el reumatólogo y el nefrólogo para tratar a los pacientes con esta enfermedad. La evaluación especializada temprana será de gran benefi cio para el paciente que, a su vez, podrá tener un diagnóstico preciso para iniciar el tratamiento más adecuado.

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