Medicina de laboratorio y patología anatómica en la prevención del cáncer colorrectal

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Jorge Billoch, MD, FCAP
Patólogo Anatómico y Clínico,
Director, Laboratorio Clínico y Departamento de Patología del
Hospital del Centro Comprensivo de Cáncer
Facultativo Hato Rey Pathology Labs

Las medidas para la detección temprana (cribado o cernimiento) del cáncer colorrectal son ampliamente conocidas (colonoscopía cada 10 años a partir de los 50 años, o con mayor frecuencia según los hallazgos de la prueba inicial y la prueba anual de sangre oculta en heces en cualquiera de sus variantes [FOBT, FIT, FIT-DNA]). Sin embargo, aún no hay mucha divulgación sobre cómo se obtiene un diagnóstico después de haberse realizado esas pruebas, ni tampoco sobre la evolución de las mismas.

Pruebas de sangre oculta

En el caso de las pruebas de sangre oculta, el laboratorio clínico procesa una muestra de excreta con una de las tres pruebas actualmente disponibles. El FOBT (Fecal Occult Blood Test) es la prueba más antigua basada en una reacción química de la porción hemo de la hemoglobina (proteína de la célula roja sanguínea que transporta el oxígeno) con un químico conocido como “guaiac”. Esta prueba tiene una baja especificidad debido a que no puede distinguir entre sangre humana (sangrado verdadero) vs. animal (por ejemplo, el hecho de que consumir carne antes de una prueba pudiese ser la causa de un resultado falso-positivo). La sensibilidad de una sola prueba de FOBT es del 10 al 30%. Por ende, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) hacen la recomendación de utilizar 3 muestras en distintos días para aumentar la sensibilidad a cerca del 92%. Por otro lado, es la prueba más económica con un costo relativamente bajo.

En cambio, la prueba más moderna conocida como FIT (Fecal Immunochemical Test) utiliza dos anticuerpos específicos para la globina humana. Por tanto, los resultados falso-positivos de una sola prueba son menores, pues tiene una sensibilidad del 79% y una especificidad del 94%. El FIT-DNA combina la prueba FIT con la detección de 11 diferentes biomarcadores y mutaciones de DNA asociados a cáncer colorrectal y adenomas avanzados por técnicas de PCR. Esto eleva su sensibilidad a un 92% con una especificidad del 87%. El costo de la prueba FIT ha disminuido significativamente desde su introducción, mientras que la FIT-DNA sigue siendo la más cara por su porción molecular (unas 10 veces o más que las otras), todo esto sin contar los estudios de seguimiento (colonoscopía) en caso de alguna prueba positiva.

Diagnóstico en la colonoscopía

Desde el punto de vista de la colonoscopia, es el patólogo quien tiene que hacer el trabajo especializado de revisar y diagnosticar las laminillas histológicas de los pólipos y lesiones sospechosas identificadas por el gastroenterólogo al momento del procedimiento. Así, por ejemplo, la detección de una displasia de alto grado en un pólipo puede alterar la frecuencia recomendada para la siguiente colonoscopía. De igual forma, la detección de un cáncer mínimamente invasivo o “in-situ” y la evaluación del margen de resección del pólipo como no comprometido por tumor, pueden ser las claves para darle seguimiento a un paciente, con colonoscopías subsiguientes en lugar de la recomendación de una colectomía.

Comentario

La importancia de la detección temprana de algunos tumores, como el cáncer colorrectal, es vital para tomar las decisiones terapéuticas tempranamente. Una de las bases de la excelencia en la detección temprana del cáncer colorrectal es un diagnóstico anatomopatológico objetivo y cuidadoso. Por eso el American Board of Pathology incluye, entre sus subespecialidades, a la gastropatología.

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