Lupus sistémico eritematoso:

El prototipo de enfermedad autoinmune y cómo hacer guardia ante la enfermedad
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Efraín Carrasquillo Rodríguez, MD
Reumatólogo
Vice-Presidente, Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, 2015-2016
Presidente Entrante, Asociación de Reumatólogos de Puerto Rico, 2016-2017
Catedrático Asociado del Departamento de Medicina Interna de la Universidad Central del Caribe
Jefe de Reumatología del Departamento de Medicina Interna de
Doctors’ Center Hospital, Manatí, Puerto Rico. 787.884.868

El lupus sistémico eritematoso es una enfermedad autoimmune que afecta distintos sistemas del cuerpo humano. Su etiología todavía no ha sido bien definida y su mecanismo de ataque se basa en la presencia de autoanticuerpos. Es considerada el prototipo de las enfermedades immunes por su capacidad de afectar múltiples sistemas. Es una enfermedad que afecta más a las mujeres en edad reproductiva, por lo que se propone un mecanismo hormonal pero, por otro lado, hay pacientes de cualquier grupo y edad que pueden verse afectados por esta enfermedad.

Es importante para los médicos de cuidado primario saber reconocer esta enfermedad en sus evaluaciones al paciente que potencialmente tenga cambios, síntomas y signos que sugieran en su diagnóstico diferencial la posibilidad de lupus sistémico eritomatoso. Además, hay que tomar en cuenta factores que puedan aumentar su severidad, tales como la pobreza, un nivel socioeconómico bajo, limitado acceso a cuidado médico, factores étnicos, ambientales o fumar. El manejo conjunto con el reumatólogo puede mejorar la oportunidad de estabilizar a estos pacientes y, así, con una acción rápida, evitar un daño permanente a los órganos comprometidos.

Cuadro clínico

Como el lupus sistémico eritematoso es una enfermedad multisistémica, el paciente puede presentar cuadros clínicos variados que pueden incluir: erupciones cutáneas, inflamación de las articulaciones, retención de líquido en las extremidades, cambios neurológicos, cambios visuales, entre otros. Esto quiere decir que en la enfermedad podemos observar diferentes manifestaciones multisistémicas por el ataque de los anticuerpos al corazón, a los pulmones, a los riñones, al cerebro, a los ojos, a las membranas mucosas y/o al sistema gastrointestinal, entre otros.

Al evaluar a estos pacientes podemos observar manifestaciones generales que varían desde fatiga (cansancio extremo), fiebre (en cerca de 42% de los pacientes, aunque es una manifestación clínica difícil de evaluar ya que es componente de muchas otras condiciones médicas), malestar, pérdida de peso y pérdida del apetito. Estos pacientes desarrollan en la piel una erupción específica en las eminencias malares así como otras que el reumatólogo es capaz de diferenciar por su distribución, también con la asistencia del dermatólogo. Estos pacientes suelen mostrar además caída del cabello que debe diferenciarse de la que ocurre por el hipotiroidismo, entre otras condiciones. La fotosensitividad es otra de las características específicas en estos pacientes que por la actividad de autoinmunidad desarrollan una reacción anormal de la piel contra los rayos ultravioletas. La artritis que estos pacientes pueden desarrollar se considera no erosiva.

Hospitalización y emergencias

Para el médico es un reto cuando el escenario con el que debuta el paciente es de tipo renal, neurológico o hematológico. Le glomerolonefritis membranosa, el neurolupus y la pancitopenia son los escenarios que podrían requerir hospitalización, inclusive en algunos casos con cuidado de emergencia.

Las siguientes se consideran las posibles emergencias médicas debido a lupus sistémico eritematoso:

  • La glomerulonefritis membranosa que puede llevar al paciente a presentarse con un estado de deterioro de las funciones renales hasta el fallo renal agudo, lo que requeriría diálisis de emergencia;
  • En neurolupus puede manifestarse cualquier estado neurológico alterado, inclusive convulsiones nuevas sin historial previo; y
  • En pancitopenia aguda, una trombocitopenia con cifras por debajo de 30 000 requiere un manejo agresivo hospitalario, pudiendo haber también anemia y leucopenia.

Lo restante para el médico es ver y recordar siempre que en estos pacientes el escenario puede ser de un solo sistema o multisistémico.

Recomendación

Con el conocimiento de esta condición por más de 50 años ya se han establecido protocolos de manejo considerados tradicionales. Inclusive, en la actualidad disponemos de nuevas opciones terapéuticas que nos pueden ayudar a modificar el efecto del daño que puede producir esta enfermedad. En estos pacientes la evaluación debe realizarse contemplando todos los sistemas para poder tomar las mejores decisiones terapéuticas. De esa manera y de acuerdo a las comorbilidades presentes, se establecerá un plan para definir la frecuencia de la verificación del estado clínico.

Comentario

Es importante la educación continua, tanto para el médico como para el paciente. Así y además con reconocimientos médicos regulares y con una relación positiva entre el médico de cuidado primario y el reumatólogo, se logrará que la experiencia de cuidado sea efectiva y también se podrá contribuir a mejorar el pronóstico de esta enfermedad.

Referencia

- Rheumatology, Fifth Edition: M. Hochberg, A. Silman, J. Smolen, M. Weinblatt, M. Weisman. Section 10 Connective Tissue Disorders- Epidemiology and Classification of systemic lupus erythematosus. (2011); pp. 1223-1245.

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