ADHD:

Enfoque neurobiológico y sus repercuciones
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Brenda E. Matos, MD
Presidenta
Capítulo de Psiquiatría de Niños y Adolescentes
del Colegio Médico-Cirujanos de PR
Presidenta Electa de la American Psychiatric Association

Una vida funcional requiere de un balance; pero si se está desorganizado, distraído, olvidadizo, siempre tarde además de estar sobrecargado por responsabilidades, puede que se trate del Déficit de Atención/ Hiperactividad (ADHD). Los síntomas de inatención e hiperactividad-impulsividad presentes en esta condición neurobiológica están asociados a eventos de vida negativos; por ende, afecta la funcionabilidad tanto de niños como de adultos. Es por ello importante visualizar cómo las bases etiológicas influyen en las manifestaciones del ADHD en el diario vivir.

¿Qué es el ADHD?

Es un trastorno de conducta heterogéneo asociado a un deterioro en la funcionabilidad y a un aumento en la razón de comorbilidad del adulto. Entre las áreas potencialmente afectadas están el progreso académico y/o ocupacional, la socialización, dificultades legales, lesiones, accidentes de vehículos de motor, abuso de substancias y baja autoestima.

Etiologías y su correlación:

Entre las múltiples etiologías posibles están los factores genéticos, biológicos, neuroanatómicos, neuroquímicos, neurofisiológicos y ambientales.

A. Factor biológico El estrés perinatal, el nacimiento de bajo peso, el daño cerebral traumático y el uso del cigarrillo durante el embarazo son factores biológicos para el ADHD.

B. Factor neuroanatómico Los estudios de imágenes indican anormalidades en los lóbulos frontal y temporal. En niños con ADHD se ha observado menos actividad y/o tamaño en la corteza prefrontal derecha y regiones específicas de los ganglios basales, como el núcleo caudado. Pocos estudios han investigado si esto persiste en la adultez.

En estudios con MRI (Guillermo, et al, 2010) se observó –en hombres y en mujeres con ADHD– regiones de materia gris más pequeñas en el núcleo caudado derecho. Se halló una correlación significativa entre el volumen de esta región y los síntomas de ADHD y, a la vez, una correlación negativa con hiperactividad, problemas de organización y pobre tolerancia a la frustración. La disfunción en las áreas afectadas representa un compromiso en funciones de control de la conducta, del lenguaje, de la función motora, del aprendizaje y de organización. Los trastornos que comprometen esas funciones ocurren en asociación con ADHD. Las personas con ADHD con disfunción del lóbulo temporal y sus ganglios basales tendrán limitaciones de las funciones regulatorias y problemas de modulación de muchas funciones como: la ansiedad, los estados de ánimo o el control del coraje. Este es un problema que se presenta desde el nacimiento.

Un paciente con ADHD puede mostrar los siguientes síntomas emocionales: -# Sentido de fracaso; -# Dificultad manejando sus emociones, explosividad; -# Mayor nivel de estrés; -# Irritabilidad, cambios anímicos (moody); -# Hipersensitividad a la crítica; -# Dificultad para mantenerse motivado; y -# Baja autoestima y sentido de inseguridad (que a su vez lleva a estados depresivos).

Otras áreas afectadas son el sistema reticular activador (RAS), el cíngulo anterior y el cerebelo. C. Factor neuroquímico Se ha demostrado en estudios en animales que el locus ceruleus –que tiene mayormente neuronas noradrenérgicas– juega un papel importante en la inatención. Por ende, el ADHD sería el resultado de la deficiencia neuroquímica de dopamina y de neuroepinefrina. Una deficiencia de estos neurotransmisores en cualquier parte del cerebro puede resultar en hiperactividad, inatención y/o impulsividad. La actividad de un neurotransmisor específico resulta en diferentes respuestas al cerebro. La dopamina modula la actividad motora, el estrés, el miedo, las recompensas y las funciones ejecutivas.

La neuroepinefrina modula las funciones cognitivas, la atención selectiva, la adaptación y las funciones ejecutivas. Si las funciones ejecutivas están afectadas, se presentan problemas con la organización, la planificación, el completar tareas, la formación de conceptos y la vida independiente.

Datos relevantes de las funciones ejecutivas Las funciones ejecutivas se encuentran en la corteza prefrontal. Esto aclara por qué el ADHD está ligado a deficiencias en funciones ejecutivas o analíticas, tales como la memoria de trabajo y la inhibición de conducta.

El ADHD puede incluir pobre motivación o procesamiento de las recompensas, por lo que los niños con ADHD pueden tener preferencia por recompensas pequeñas e inmediatas en lugar de las recompensas grandes pero tardías.

En el adulto con ADHD, las deficiencias de las funciones ejecutivas –en adición a la impulsividad y la dificultad para tolerar el aburrimiento– contribuyen al deterioro en realizar las tareas relacionadas con su trabajo. Los estudios también postulan que los ambientes laborales con demandas constantes para acción y con retroalimentación inmediata y frecuente pueden ser más favorables para los adultos con ADHD. Otros estudios indican que en ellos está afectada la toma de decisiones afectiva y en particular la analítica. También presentan grandes deficiencias en decisiones tipo rule task (tareas con reglas).

Las personas con ADHD también pueden presentar el síntoma de hiperfocus, que consiste en la dificultad en enfocarse en tareas que no le interesan. Sin embargo, otros se absorben en tareas que le son estimulantes y compensatorias. Este síntoma paradójico es un mecanismo para compensar la distracción.

En adición a los síntomas de inatención (dificultad en recordar conversaciones y pocas destrezas para escuchar) y de hiperactividad-impulsividad (ideas rápidas, hacer muchas cosas a la vez, tomar riesgos, buscar lo excitante, hablar mucho), los síntomas de sluggish cognitive tempo (confusiones, soñar despierto, baja energía, movimiento lentos) han recibido más atención en estudios sobre ADHD.

Comentario

El ADHD es más que una condición de distracción e hiperactividad (que muchos padres correlacionan solo con una disfunción circunscrita a lo académico). El ADHD es una condición crónica con bases neurobiológicas y con posibles repercusiones en múltiples áreas del individuo, que puede afectar el curso de vida, tanto de niños como de adultos. Esto es así debido a sus potenciales limitaciones con origen a nivel cerebral y sobre todo debido al impacto emocional de quien la padece.

Son importantes una evaluación completa y un plan de tratamiento individualizado acordes a las necesidades de cada persona.

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