Parte de la actividad diaria del médico es ver asuntos relacionados con la vida y a sus momentos críticos, sobre todo si hay enfermedades que debe controlar para poder prolongar la vida o mantener su calidad. Es una tarea privilegiada y una misión de vida, la que a su vez justifica cualquier esfuerzo y energía que demande, ya que se ocupa de cuidar y preservar lo más valioso que tenemos, la salud y, por encima de ella, la vida. No hay fortuna ni objeto material que reemplacen la vida.
Y no solo (...)