- Ana I. Velázquez, MSIII
- Recinto de Ciencias Médicas, UPR
Es marzo nuevamente y parece que fue ayer cuando, el año pasado, mirábamos a la clase del 2012 en su día del match y ahora, nuevamente, vemos a nuestros compañeros del 2013 recibir las buenas nuevas.
Este mes no es solo importante para los graduandos, sino también para nosotros, los estudiantes de tercer año para quienes este proceso apenas comienza. Miramos con admiración el futuro, tenemos ansias de que llegue el próximo año y por fin sepamos si matchamos. Aunque nos colmen las ansias y nervios, a la vez este es un momento agridulce al ver que ya esta aventura está a punto de culminar.
Estos próximos meses estarán llenos de decisiones que definirán el resto de nuestras vidas. Finalmente, llegó el momento, nuestro momento. Comenzamos ahora a planear este último año que tantos cambios traerá y en el que tantas metas se alcanzarán.
Pero a la vez, las dudas nos acechan. ¿Qué quiero ser? ¿Dónde me quiero entrenar? ¿Me quiero quedar o me quiero ir? ¿Y mi familia y mis amigos? ¿Cuál será el mejor programa para mí? ¿Cómo me destaco entre los demás? Estas y mil preguntas más pasan por nuestras mentes mientras diseñamos ese programa de cuarto año que nos llevará a cumplir nuestros sueños y definirá nuestro futuro.
En estos momentos todo parece abstracto, miramos cómo nuestros compañeros celebran sus logros, mientras nosotros vemos nuestros sueños plasmados en una simple hoja de papel. Por ahora, solo podemos esperar al comienzo de ese próximo año y que ese vaivén de emociones y experiencias se convierta en nuestra realidad.