La insolación o golpe de calor (heatstroke)

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Roberto Vélez, MD, FACEP
Médico Emergenciólogo

La insolación o golpe de calor (heatstroke) es la forma más severa de las enfermedades relacionadas con el exceso de calor, que incluyen los calambres y el agotamiento en su lista de condiciones más leves. Esta se define como una temperatura corporal superior a 41,1°C (106°F) asociado con disfunción neurológica.

La clase médica de Puerto Rico debería estar familiarizada con esta condición debido a la severidad y posibles complicaciones que puede tener. En algunas épocas del año las temperaturas pueden aumentar de tal manera que el exceso de calor puede llevar a casos de insolación que nos pueden sorprender si no estamos bien preparados o si no los reconocemos. Se trata de un problema de salud que no es exclusivo de militares o de deportistas de alto rendimiento sino que también ocurre –entre otros– en pacientes de edad avanzada, personas con enfermedades concomitantes como obesidad, desnutrición, enfermedades metabólicas o cardiovasculares, enfermedades de la piel, en alcohólicos o en personas que utilizan ciertos medicamentos en forma crónica. Formas de insolación

|Existen dos formas de insolación:

  • La insolación por esfuerzo (exertional heatstroke o EHS), que se produce generalmente en individuos jóvenes que realizan actividades físicas extenuantes durante un periodo prolongado de tiempo en un ambiente caluroso; y
  • La insolación clásica sin actividad física (classic nonexertional heatstroke-NEHS), que afecta más comúnmente a ancianos sedentarios, personas muy jóvenes y personas con enfermedades crónicas.|

Ambas son serias y requieren evaluación y tratamiento temprano.

Presentación y diagnóstico

Los signos y síntomas de la insolación son las siguientes: temperatura sobre los 40,0 °C, sudoración, tetania, síncope, estado sensorial y mental alterado, edema, taquicardia, escalofríos, convulsiones, rash (salpullidos causado por el calor), nauseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareo, hipotensión, sensibilidad muscular y calambres.

También podemos encontrar rabdomiólisis. En un tercio de los pacientes, debido a la hipovolemia, al bajo gasto cardiaco y a la mioglobinuria (debido a la rabdomiólisis), se puede observar insuficiencia renal aguda (IRA) como complicación. Estos cambios pueden manifestarse con oliguria y cambio en el color de la orina. La mortalidad de esta condición puede ser muy alta, por lo que el reconocimiento y tratamiento temprano es crucial.

Pruebas diagnósticas

En cuanto sospechamos o diagnosticamos una insolación, se pueden realizar pruebas diagnósticas, tanto para confirmar nuestra impresión inicial o para determinar la presencia de otras posibles complicaciones de la condición.

| Estas pruebas incluyen:

  • Gases arteriales (para evaluar acidosis metabólica);
  • Niveles de electrolitos para diagnosticar híper o hiponatremia, híper o hipokalemia;
  • Creatinina quinasa (CK), que comúnmente se libera por los músculos cuando se produce necrosis muscular. Los niveles CK sobre 100000 UI/mL son comunes en insolación;
  • CBC: suele presentar una leucocitosis;
  • Función renal: puede estar afectada por una serie de complicaciones, incluyendo deshidratación y acumulación de proteínas del músculo (mioglobinuria). Esto se manifestará por elevación en urea y creatinina y por hiperkalemia (hiperpotasemia);
  • Análisis de orina: puede mostrar cambios en el color de la orina y estar positivo a sangre y a proteínas;
  • Estudios de imágenes: se deben realizar placas de pecho además de una tomografía computarizada cerebral (brain CT) en los pacientes con el estado sensorial mental alterado y cuando queramos descartar alguna condición cerebral como sangrado o isquemia;
  • EKG: esto no puede faltar, ya que nos podrá dar evidencia de taquicardia sinusal o disrritmias por electrolitos alterados;
  • Glucosa (dextrostick): puede demostrar hipoglucemia. |

Tratamiento

Lo primero es la prevención y la educación para el paciente, ya sea al deportista o el que padezca una enfermedad crónica. Es recomendable reconocer el lugar en el cual se va a realizar el deporte y sus temperaturas, utilizar la ropa adecuada de acuerdo al deporte que se va a practicar. Estar bien hidratado antes y después de ejercitarse es de gran importancia. Además, se debe realizar una evaluación médica periódica –cada año– y llevar una buena dieta que esté de acuerdo a la demanda del ejercicio.

Lo segundo es ser agresivo en el tratamiento médico. En forma inmediata se debe bajar la temperatura del paciente, con el objetivo de reducir la temperatura en por lo menos 0,2°C/min a cerca de 39°C. Se debe remover toda la ropa del paciente y comenzar a enfriarlo con el fin de bajar la temperatura. Se le pueden colocar bolsas de hielo en las axilas, en el cuello, en la región inguinal y se le puede rosear con agua fría además de mantenerlo en un ambiente con buena ventilación.

Se le debe administrar oxígeno y colocarle una sonda urinaria, además de mantener un monitoreo constante de la temperatura del paciente. Los fluidos intravenosos (0.9 NSS, o solución salina, NaCl al 9%) son parte importante de la terapia. Debemos ser agresivos en reponer los líquidos perdidos y acidificar la orina administrando manitol, así como controlando la eliminación de orina que debe mantenerse a 3mL/kg/h para minimizar el riesgo de insuficiencia renal.

Comentario

El diagnóstico de insolación o heatstroke no es muy conocido en Puerto Rico, por lo que tenemos que estar alertas a esta posibilidad que es potencialmente posible en un lugar tropical. Nadie está exento de padecer una insolación, aunque con educación y prevención podemos aminorar los riesgos de sufrirla. Como médicos, debemos conocerla para poder tratarla adecuadamente.

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