El rol del ejercicio en la osteoporosis

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Maricarmen Cruz Jiménez, MD, FAAPMR
Especialista en Fisiatría

La prevalencia de la osteoporosis es alta en nuestra población. En las mujeres, se estima un riesgo del 50% de tener una fractura por osteoporosis durante la vida y, en los hombres, de cerca del 30%. Y aun cuando hay alternativas y métodos farmacológicos que pueden ayudar a prevenir y tratar la osteoporosis, su costo es alto.

Importancia del ejercicio

En la medicina de rehabilitación, el ejercicio juega un rol clave en el paciente con osteoporosis. Hay una amplia y variada experiencia científica, destacada en la literatura, que describe los beneficios del ejercicio en las fases de prevención y de tratamiento.

Cuando se planifica un programa de ejercicio en esta población, es importante recalcarle al paciente que el programa debe incluir rutinas que coloquen carga sobre el hueso, ya sea al caminar, correr o practicar el deporte preferido por el paciente. Se sabe que el proceso de remodelación del hueso será dependiente de este estresor y que el hueso axial se verá particularmente beneficiado en su densidad ósea.

Los ejercicios en los que el paciente entrena sentado se pueden practicar cuando este tiene motivos de particular importancia para preferirlos (amputaciones, artritis en rodilla o cadera, debilidad general, entre otros). Pero en estos casos, por consecuencia lógica de la postura, la carga en la extremidad inferior es menor y, por lo tanto, el rol del ejercicio es de menos impacto en los huesos largos.

Factores de importancia

Sin embargo, debemos tener presente que no todo tipo de ejercicio es necesariamente adecuado para el paciente con osteoporosis.

Sinaki y Mikkelsen, de la Clínica Mayo, publicaron en la década de 1980 un artículo que sentó las bases para las guías usadas en las recomendaciones de ejercicio en esta población. En su estudio retrospectivo, realizado en pacientes mujeres postmenopaúsicas con osteoporosis, se describe cómo el ejercicio dirigido a trabajar los músculos flexores de la espalda producía mayor número de fracturas de compresión, en comparación con aquellas pacientes que más bien entrenaban con ejercicios de extensión de la espalda.

También se sabe, por otros estudios, que la fuerza de los músculos extensores de la espalda se correlaciona con la densidad de la masa ósea y que la fuerza de estos extensores también se correlaciona con una mejor postura de la espalda.

Alternativa de ejercicio acuático

Aunque el ejercicio acuático no pone carga sobre los huesos debido al efecto de flotación, sí puede tener un rol importante en mejorar la condición física general del paciente. La natación, además de aportar una sensación de bienestar y de fortaleza física, en especial de los extensores de espalda, mejora la coordinación de las extremidades inferiores. Esto último es de particular importancia en aquellos casos en que el paciente sufre de cambios en su patrón de ambulación que pueden predisponerlo a sufrir caídas.

Recomendación y comentario

|La Fundación Nacional de Osteoporosis recomienda que el paciente se ejercite la mayoría de los días de la semana, por lo menos 30 minutos, y que incluya un programa de resistencia (pesas o bandas), al menos dos veces por semana.|

Para los pacientes con osteoporosis o problemas físicos se puede preparar o emplear un programa o rutina de ejercicios físicos que se adapte a las necesidades personales, evitando de esa manera perjudicar o afectar sus funciones motrices.

Referencias:

  • Sinaki M, Mikkelsen BA. Postmenopausal spinal osteoporosis: flexion versus extension exercises. Arch Phys Med Rehabili 65:593-596.1984.
  • Exercise for Healthy Bone. National Osteoporosis Foundation. 2011 Guidelines.
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