Torre de Marfil

De cómo la Legión Americana se conoció en el mundo

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Félix J. Fojo, MD
Ex Profesor de la Cátedra de Cirugía
de la Universidad de La Habana
ffojo@homeorthopedics.com
felixfojo@gmail.com

En marzo de 1919, poco tiempo después de finalizada la Primera Guerra Mundial, algunos veteranos de guerra estadounidenses se reunieron en París con el fin de crear una organización de ayuda a los combatientes desmovilizados y a sus familias.

Un mes después, en St. Louis, los promotores y los nuevos adherentes fundan The American Legion, con sede en Indianápolis, buscando así mantener el apartidismo, muy difícil de sostener en Washington.

De aquí en adelante, la Legión Americana ha crecido en membrecía –unos tres millones de afiliados–, ha colaborado con el gobierno norteamericano en los diferentes esfuerzos de guerra (Segunda Guerra Mundial, guerras de Corea, Vietnam, del Golfo, Irak, Afganistán, etc.), ha cabildeado a favor de los veteranos, sus deudos y sus descendientes, ha levantado fondos para ayudas médicas y educacionales y ha sido refugio para miles de ex-soldados en momentos de dificultad, pero siempre manteniendo un perfil bajo y muy poco conocido fuera de los Estados Unidos, hasta…

Hasta la convención anual de 1976 celebrada en un hotel de Filadelfia. Unos 200 miembros de la Legión, hombres mayores muchos de ellos, hospedados en el hotel, presentaron bruscamente un cuadro de fiebre, postración, tos no productiva, falta de aire, confusión y rápido deterioro del estado general, con una mortalidad muy alta, de cerca del 20%.

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Bellevue-Stratford Hotel, Philadelphia, 1976.
Library of Congress, Historic American Buildings Survey, HABS-PA-51-PHILA.344-1

Las radiografías de tórax mostraban densidades típicas de una neumonía bacteriana grave pero sin características específicas. ¿Qué germen estaba produciendo aquella explosiva epidemia de neumonía en hombres que hasta unas horas antes se encontraban en buen estado de salud? Las pruebas serológicas, de esputo y las radiografías no daban pistas sólidas. El tratamiento, con antibióticos endovenosos y medidas intensivas de sostén, ayudaban a algunos y eran inútiles en otros. En el CDC de Atlanta sonaron todas las alarmas y una carrera contra el tiempo comenzó de inmediato.

Poco tiempo después, el enemigo era identificado. Se trataba de una cepa, desconocida hasta entonces como patógena, de un bacilo aeróbico gram negativo que no crece en los medios habituales de cultivo, sino en uno específico llamado BCYE (buffered charcoal yeast extract). Se le denominó, no podía ser menos, legionella, y se descubrió que su hábitat natural es el agua depositada (bandejas de aire acondicionado en este caso) y su medio de transmisión, las microgotas de esta agua vaporizadas por la corriente de aire. Las investigaciones de los científicos de CDC definieron la vecindad de las habitaciones de los afectados y los vínculos entre ellas por los ductos de aire.

Desde entonces y para siempre, la Legión Americana cuenta, para desazón de muchos de sus miembros, con una bacteria y una enfermedad (legionellosis) que lleva su nombre. Así se hizo conocida la Legión Americana en todo el mundo.

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