Torre de marfil

De Porky Pig al Wii:

Una vision cambiante de la obesidad infantil
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Dr. Felix J. Fojo
Ex Profesor de la
Cátedra de Cirugía
de la Universidad
de La Habana
ffojohomeorthopedicspr.com

Max Fleischer era un genio de la animación. En 1921 había creado, junto a su hermano Dave y un pequeño grupo de dibujantes, los Fleischer Studios que darían vida, en los siguientes diez años, a personajes tan carismáticos y famosos como Popeye el Marino, Bimbo y Superman. En 1930, demostraron plenamente su enorme talento con una figura que haría y aun hace historia: Betty Boop, la coqueta y esbelta muchacha que casi les cuesta el cierre del negocio por culpa del Código Hays que los censuraba y acusaba por “descaro sexual”. Pero los Fleischer no estuvieron a la altura económica de los grandes estudios cinematográficos y fueron barridos del mercado por la Paramount.

La Warner Brothers, feroz rival de la Paramount, contrató entonces a uno de aquellos hombres que había tenido que ver con Fleischer: Leon Schlesinger, dotado de una gran capacidad para la coordinación y estímulo de equipos. Así nació el branch Looney Tunes, cuya apasionante historia está íntimamente imbricada con el desarrollo del cine sonoro. Del taller de Looney Tunes, una mina de oro, nos limitaremos a recordar uno de aquellos inolvidables personajes, nacido oficialmente de los pinceles de Friz Freleng, uno de los subordinados de Schlesinger, el 2 de marzo de 1935: Porky Pig, un cerdito gordo, asexuado y tartamudo que comenzó siendo niño y después creció, incluso hasta llegar a tener una ambigua pareja, un poco hermana, un poco novia: Petunia.

En una época sin muchos complejos sociales y donde la obesidad no se veía como un problema epidémico y aún menos como una forma de minusvaloración infantil, Porky Pig fue un rotundo éxito comercial, alcanzando 152 cartones de corto y medio metraje, unos cuantos largometrajes e incluso conquistando la televisión con un show propio, además de circular en todo el mundo en las páginas de periódicos, comics y tebeos. Toda una gran hazaña comercial. Pero los tiempos cambian.

En 1991 el cielo se obscureció para Porky Pig. El National Stuttering Project (NSP) de San Francisco demandó a Warner Brothers apoyando a un hombre de New York que en su niñez fue abusado cruelmente por sus compañeros de escuela debido a su tartamudez y obesidad. Durante años, soportó que le gritaran, a donde quiera que fuera, Porky Pig. El asunto se arreglo con $12000, pero ya nada volvería a ser como antes. La obesidad infantil comenzó a ser vista como lo que es, una epidemia de carácter mundial que no hace mas que crecer. Los amables gordos: Jumbo, Piggy, Petunia, Winnie the Pooh, el oso Yogi, Barney y muchos otros han comenzado a declinar; su edad de oro va quedando atrás y el futuro no es para nada halagüeño.

En 2001, un equipo interdisciplinario de la compañía japonesa Nintendo, dirigido por Shigeru Miyamoto, pone a punto el primer sistema Wii, con la idea de que los niños interactúen con el equipo y se mantengan en movimiento. Cada año el adminículo tecnológico se hace más complejo y eficaz. Los niños, y los adultos también, ahora participan activamente y hacen deportes en un pequeño espacio frente al televisor durante horas y horas. Cuán distantes y arcaicos nos parecen hoy el pobre y casi olvidado gordito Porky Pig y su risueña y envuelta en carnes compañera Petunia.

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