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La Arquitectura, el deporte y el Pritzker Price

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Cristina Villanueva-Meyer, M Arch
vmbstudio@gmail.com

La arquitectura y el deporte están ligados de muchas maneras ya que ambos son necesarios para tener una buena calidad de vida. Muchos obras y espacios arquitectónicos se unen al tener relación con los distintos deportes y en este caso en particular mencionaremos el diseño de estadios, ya que uno de los mejores estadios fue diseñado por el ganador del Pritzker Price 2015.

El Pritzker Price, como bien sabemos, es el mayor premio a la arquitectura y el mayor logro que un arquitecto puede obtener. Este año 2015 el premio fue otorgado al arquitecto alemán Frei Otto. Lamentablemente y por primera vez en la historia, este fue entregado y mencionado póstumamente ya que el arquitecto ganador falleció dos semanas antes de recibirlo. Su obra queda y, en el deporte, para los que saben, queda su huella.

Frei Otto (Chemnitz, 1925-Stuttgart, 2015) creció en Berlín en una familia de escultores y desde pequeño tuvo mucha curiosidad sobre cómo las membranas delgadas podían estirarse en tramos ligeros. Él es conocido por su gran experiencia en la construcción de mallas y sistemas aligerados y fue la más grande autoridad en estructuras tensadas y de membrada de bajo peso. Hizo muchos proyectos y fundó el famoso Instituto para Estructuras Ligeras en la Universidad de Stuttgart en 1964, el cual dirigió hasta su retiro de la vida académica.

Entre sus proyectos más destacados se encuentran el Estadio Olímpico de Múnich, la exposición de Jardines Federales BUGA, su colaboración con Shigeru Ban en el Pabellón de Japón para la Expo 2000 en Hannover, etc.

El Estadio Olímpico de Múnich para los juegos de 1972 fue un proyecto diseñado por Frei Otto junto al arquitecto Gunther Behnisch. El concepto principal fue crear una estructura de tensión que fluye continuamente a lo largo del sitio imitando las rítmicas elevaciones de los Alpes y creando una estructura en suspensión que parece flotar y une los espacios donde se ubican las piscinas, el gimnasio y el estadio principal. Otto y Behnisch tuvieron mucha precisión en los cálculos del sistema estructural y la membrana. Gracias a esto se creó uno de los más innovadores sistemas estructurales que han sido trabajados únicamente con tensión.

Así, después de 43 años de construida, la estructura del Estadio Olímpico de Múnich sigue intacta como cuando recién se inauguró para los Juegos Olímpicos de 1972, creando siempre admiración, uniendo el deporte con la arquitectura y ahora sirviéndonos para recordar y admirar al arquitecto alemán Frei Otto.

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