El Dr. Gregorio Marañón (1887-1960):

Médico, endocrinólogo, humanista y liberal

Además de ser uno de los intelectuales más brillantes de la España del siglo XX, Gregorio Marañón fue un humanista, liberal, trabajador austero e incansable. Médico brillante, pionero de la endocrinología, iniciador de la medicina psicosomática, científico, historiador, escritor y pensador de trascendencia internacional, perteneció a 5 de las 8 academias reales de España. Amó la vida, la ciencia y el trabajo, y fue un apasionado de su país. Su espíritu liberal y humanista se refleja en su frase “La bondad prevalece sobre la inteligencia”.

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Especial para Galenus
Marco Villanueva-Meyer, MD

Sus inicios y sus estudios

Gregorio Marañón y Posadillo nació en Madrid en 1887. Fue hijo de un reconocido abogado y su madre falleció cuando él tenía 3 años. Creció en un medio cultural elevado y desde joven se interesó por la medicina. En 1902 ingresó a la Universidad Central de Madrid (hoy Complutense), doctorándose en 1912. Se casó con Dolores Moya, su amiga y compañera de la vida; tuvieron 4 hijos.

Hizo estudios de postgrado en Alemania con Paul Ehrlich, Premio Nobel 1908 y pionero de la infectología, la inmunología, la quimioterapia y del uso del salvarsán. En 1918, a raíz de una epidemia de gripe, viajó a Francia. En 1919 fue nombrado consejero de Sanidad y, en 1920, de Instrucción Pública. Ese mismo año viajó a Alemania para visitar hospitales y preparar las directrices del futuro Hospital del Rey.

En 1922 organizó un viaje histórico con Alfonso XIII a Las Hurdes, zona al norte de Extremadura donde había gran pobreza y muchas enfermedades endémicas, como el bocio. El rey, impresionado, decretó cambios en beneficio del pueblo.

El año fue elegido miembro de la Real Academia de Medicina. A su trabajo del hospital sumó su consulta privada en la que tenía como pacientes a las personalidades más importantes de España. En esa época adquirió en Toledo una finca, “El Cigarral”, donde escribió varias obras y donde reunió a numerosos personajes de entonces. De esa época data su amistad con Unamuno y Ortega y Gasset, el novelista Pérez de Ayala y el pintor Zuloaga, quien hizo un cuadro famoso con él y Ortega y Gasset.

En 1931, cuando cayó la monarquía y renunció Primo de Rivera, él formó un grupo de intelectuales con los que participó en las Cortes Constituyentes. Fue elegido diputado y trató de neutralizar el nuevo radicalismo político con sus artículos y ensayos, y protestó por los desmanes y la quema de conventos.

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El doctor Gregorio Marañón en su biblioteca. (Revista Caras y Caretas, Madrid,17/01/1931: N.1685, p. 61).

Ese año fue nombrado catedrático de endocrinología y, al siguiente, recibió un Doctorado Honoris Causa de La Sorbona en París. En 1934 fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua y, en 1936, de la de Historia.

Medicina y endocrinología

A Marañón le tocó vivir el desarrollo y crecimiento de la endocrinología que se había iniciado en Viena con Artur Biedl y su obra Innere Sekretion (1910). En 1915 escribió La doctrina de las secreciones internas seguida en 1919 por La edad crítica. En esa época empezó su interés en algunos métodos de rejuvenecimiento por lo que también se le considera pionero de la gerontología.

Marañón estudió muchos detalles endocrinológicos, incluyendo los de comportamiento asociados a las glándulas y, en especial, la glándula tiroides, a la que dedicó más de 40 artículos. En su obra Gordos y flacos (1926) evaluó el problema endocrino de la obesidad y la relación entre peso, constitución morfológica y psicología. También estudió los factores mentales relacionados con la anorexia.

Sexología

Por su experiencia en hormonas y glándulas, Marañón era en su época lo más cercano a un sexólogo, siendo consultado por figuras destacadas. Siempre puso énfasis en la clara diferencia de los sexos sin considerar a ninguno superior ni inferior. Su obra Tres Ensayos sobre la vida sexual (1926) causó una convulsión social. Allí evaluó conceptos de diferenciación sexual e intersexualidad y mostró su idea de la sexualidad y su teoría sobre la baja virilidad del “donjuanismo”.

En

Amor, conveniencia y eugenesia

(1929), planteó una teoría sobre la constitución familiar y los roles en la sociedad en función de la edad y del sexo.

Marañón conoció a Freud, pero sus trabajos sobre la sexualidad no estuvieron alineados con la teoría del psicoanálisis. Más bien, su pensamiento estaba más cerca de Kräpelin en Múnich, más científico, sistemático y abierto a los aspectos químicos y de las secreciones glandulares. Los psicoanalistas y Freud consideraban que los orígenes químicos eran irrelevantes y no lo consideraron en sus filas. Él fue también fue pionero de la medicina psicosomática.

La política y el exilio

Desde 1917 publicó artículos sobre temas sociales y políticos, pero sin descuidar su actividad médica y científica. Por opinar contra la dictadura de Primo de Rivera fue multado y encarcelado por un mes. Pero también criticó al comunismo. Al inicio apoyó a la Segunda República Española; en su despacho se realizaron importantes reuniones para buscar consensos o decidir el futuro del rey. Pero al ver que el nuevo gobierno generaba desunión, lo terminó criticando. A fines de 1936 tuvo que salir exiliado a París. Allí informó que: “… el 88% del profesorado de Madrid, Barcelona y Valencia tuvo que huir al extranjero por temor a ser asesinados por los rojos, a pesar de que muchos eran considerados como hombres de izquierda”.

En París gozó de una gran reputación, por lo que se le autorizó a ejercer la medicina en los hospitales y en su consulta privada. En esa época también estudió la emigración española y realizó viajes a varios países de Latinoamérica, donde dio conferencias y recibió honores académicos.

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Antonio Machado, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala (Foto Fundación Gregorio Marañón).

Su regreso a España

Al entrar los alemanes a París y con la esperanza de que el liberalismo pudiera crecer, decidió volver a España (1942). Sus propiedades le fueron devueltas y fue repuesto en la cátedra de endocrinología y en su cargo. Desde su regreso se dedicó sobre todo a la medicina y la historia, dos de sus pasiones.

El franquismo respetó su figura, al igual que la de Ortega y Gasset. Él levantó la bandera del liberalismo cuando nadie podía hacerlo opinando que no se trataba de política sino de una conducta: “Ser liberal es estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo, y es no admitir jamás que el fin justifica los medios [...]”.

En 1946 fue nombrado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en 1947 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1948 el Consejo creó el Instituto de Endocrinología Experimental. En 1956 había sido elegido a la Real Academia de Bellas Artes. Ese año, después de una revuelta estudiantil, junto con Menéndez Pidal, denunció la situación política y solicitó el regreso de los exiliados.

Obra escrita

Marañón escribió el primer Tratado de Medicina Interna en España. Su Manual de diagnóstico etiológico de 1946 tuvo difusión en todo el mundo por su novedoso enfoque del estudio de las enfermedades y por sus aportaciones clínicas.

Gran parte de su obra fue traducida a varios idiomas. Escribió unos 125 libros y más de 500 monografías, 1800 artículos, 146 discursos, 336 conferencias y más de 230 prólogos. Su obra médica incluyó 1056 artículos de investigación y 32 monografías. También escribió sobre historia, el arte, los viajes, la cocina, el vestido, el calzado, etc. Se convirtió en uno de los nombres españoles más citados en los libros científicos del mundo entero.

Su aporte científico es muy grande, pero su obra tiene un carácter humanista por enfocar aspectos éticos, morales, religiosos, culturales, históricos, entre otros. Inclusive analizó las grandes pasiones humanas a través de personajes históricos, evaluando aspectos fisiopatológicos y psíquicos: la timidez en su libro Amiel, el resentimiento en Tiberio, el poder en El Conde Duque de Olivares, y el “donjuanismo” en su ensayo sobre Don Juan. A este lo examinó como si fuera un caso clínico anormal considerándolo escasamente viril, en contra de la idea popular “machista”. Sus obras se sitúan entre el ensayo literario y el científico, en especial Cajal: su tiempo y el nuestro (1950) y El Greco y Toledo (1956). Tuvo una excelente forma de narrar, con un estilo claro que llevaba al lector a profundizar en cada personaje.

Reconocimientos

Gregorio Marañón falleció en 1960 en Madrid, a los 72 años. Su sepelio fue un acontecimiento histórico. El cortejo fúnebre estuvo acompañado por una multitud espontánea que representó el reconocimiento de España a su vida y obra. Había sido médico de la Casa Real y de muchos personajes, pero sobre todo realizó trabajo de beneficencia atendiendo a los pobres en el mayor hospital de Madrid, el Hospital Provincial, que hoy lleva su nombre al igual que una plaza, una estación de Metro, numerosas calles e instituciones educativas en toda España. La Fundación Gregorio Marañón se fusionó con la Fundación Ortega y Gasset en 2010. Anualmente se celebra la Semana Marañón, en algún pueblo y sobre algún tema cultural.

Fue un intelectual comprometido con el destino de su país y participó en muchos acontecimientos de su tiempo. En la figura de Gregorio Marañón se conjugaron varias personalidades destacando las de médico, científico, escritor, historiador, moralista, lo que lo hace un humanista por excelencia.

Referencias

  • Herreros Ruiz-Valdepeñas B; Gargantilla Madera P; Bandrés Moya F. Gregorio Marañón; cumbre y síntesis para el siglo XXI. Humanidades Médicas. Madrid, España: Fundación Tejerina - ADEMAS, Comunicación Gráfica. p. 7. (2008).
  • Menéndez Pidal R. Homenaje de ABC a Gregorio Marañón. 281 páginas. Prensa Española. (1960).
  • Laín Entralgo P. Gregorio Marañón. Vida, obra y persona. Espasa Calpe - Colección Austral. Ensayos y filosofía núm. 1470. (1969)
  • Gómez-Santos M. Vida de Gregorio Marañón. Taurus. (1971)
  • Laín Entralgo P. Cajal, Unamuno, Marañón. Tres españoles. (1988).
  • Cornide Ferrant E (1999). Apasionante biografía de Gregorio Marañón: un hombre para la historia. Maxan, SA, A Coruña. (1999).
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