Dr. Adan Nigaglioni

(1930-2016): In memóriam
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Norman Maldonado, MD
Hematólogo-Oncólogo
Ex Presidente de la
Universidad de Puerto Rico

Adán Nigaglioni Loyola nació en Peñuelas, en el barrio Sumidero, en 1930 durante la gran depresión económica. Estudió en la escuela de su barrio y luego fue a la Escuela Superior de Ponce, la Ponce High, donde se graduó con honores en 1947.

Fue admitido a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, donde estudió Premédica destacando por su inteligencia, humildad, cariño y simpatía. Después fue aceptado a la primera clase de la recién creada Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, que en aquella época estaba en el edificio que había sido de Medicina Tropical. Allí recibió su bachillerato en 1952, al completar su primer año de Medicina.

Fue un líder de aquel grupo de estudiantes graduándose en 1954 como el mejor estudiante de la clase y ganando las medallas de Medicina Interna y Urología. El entonces Rector, Don Jaime Benítez, siempre estaba atento en búsqueda de los estudiantes con mayor talento y notó las extraordinarias cualidades del joven estudiante Dr. Adán Nigaglioni. Al graduarse, este se casó con su novia, Iraida Rivera.

Adán fue aceptado para hacer su internado en el famoso Hospital de la Universidad de Pensilvania, la primera escuela de Medicina fundada en los Estados Unidos. Allí fue seleccionado como el interno más destacado. Luego sirvió durante 2 años en las fuerzas armadas –como era obligatorio en aquel entonces– y allí practicó medicina general y psiquiatría. Esto último le ayudaría mucho en el futuro que el destino le tenía deparado.

Al completar su servicio militar regresó a la Universidad de Pensilvania como residente de medicina interna y luego como fellow de gastroenterología con el líder nacional en ese campo, el Dr. Henry Bockus. Después de completar su especialidad, en 1961, Adán regresó a la isla a trabajar en el Hospital Municipal de San Juan, donde había hecho su práctica de estudiante. Además, comenzó una limitada práctica privada.

En 1963, el Rector Jaime Benítez lo llamó para ofrecerle la posición de Decano de Medicina al renunciar el Dr. José Vivas. De esa manera, a los 33 años, se convirtió en uno de los decanos de medicina más jóvenes de cualquier lugar. Por su forma de ser, ecuánime, calmado y trabajador, fue bien recibido en la institución. En poco tiempo comenzó la discusión de una reforma universitaria que culminó en 1966 con una nueva ley universitaria que creaba una rectoría de Ciencias Médicas, entre otros múltiples cambios del sistema. El joven decano fue nombrado Rector para así implantar la nueva ley. A la vez, se inauguró el Centro Médico de Puerto Rico en Río Piedras y se comenzó a planificar el nuevo edificio de Ciencias Médicas en el mismo Centro Médico. Con la ayuda del Dr. Conrado Asenjo, esta tarea se culminó en 1972.

El Dr. Nigaglioni tuvo que organizar el nuevo Senado Académico, la Junta Administrativa y crear nuevos programas en el campo de la salud pública y las profesiones aliadas incluyendo el traslado de la Escuela de Enfermería del Centro Médico a Ciencias Médicas.

Siempre era accesible y actuaba de manera humilde pero bien enfocado en su misión de mejorar la educación en el campo de la salud. Se consiguieron fondos federales para muchos programas, uno de los cuales fue el Programa Médico Regional para las principales enfermedades que afligían a Puerto Rico y en el cual me tocó participar. Igualmente, en aquella época comenzaron los Programas Federales de Capitación para aumentar los estudiantes y servir fuera del área metropolitana en medicina y odontología. Fueron momentos de mucha actividad, de revisiones curriculares y de acreditación de programas.

Cuando el Dr. Nigaglioni se mudó al séptimo piso del nuevo edificio en el Centro Médico, su secretaria era la Sra. Eva Pelati, quien siempre nos recibía con una amable sonrisa y nos atendía bien. Como anécdota de aquella época, esa oficina se bautizó como “El Paraíso” porque allí estaban Adán y Eva. Finalmente, en 1974 en medio de conflictos universitarios renunciaron los rectores, entre ellos el Dr. Nigaglioni. Quiero confesarles que hubo un fuerte movimiento para que el Dr. Nigaglioni fuera el Presidente de la Universidad, lo que no prosperó.

El Dr. Nigaglioni tenía otra misión y era convertirse “de jefe a indio” como miembro de la facultad de medicina interna y gastroenterologia. Desde 1974 hasta 1983 trabajó como profesor dando conferencias, supervisando estudiantes, internos y residentes. En 1983 el Recinto hizo una actividad para escoger al mejor profesor de la facultad de Medicina, en la que había más de 500 profesores. Adán Nigaglioni fue elegido para esta distinción.

Después de su retiro de la universidad luego de 22 años de servicio en ella, el Dr. Nigaglioni se dedicó a su práctica privada de gastroenterología y a actividades profesionales y cívicas, y a su familia. Tenía 5 hijos –3 hijas y 2 hijos, uno de ellos médico– y 14 nietos y nietas. El Dr. Nigaglioni fue honrado con la distinción de Profesor Emeritus en 1990 y como Rector Emeritus el año 2000.

En la Universidad de Puerto Rico él fue siempre un colaborador de Don Jaime Benítez, tanto como Decano como de Rector. Cuando Don Jaime enfermó, Adán Nigaglioni fue su médico de cabecera por varios años hasta que Don Jaime falleció.

Quiero terminar con unas palabras que se dijeron en su designación como Profesor Distinguido de la Escuela de Medicina en 1983: “Se distinguió por su entrega y dedicación a su labor, por su ecuanimidad en sus decisiones, por su alto sentido de justicia y por su defensa de los valores universitarios”. Esto caracterizó todas sus funciones administrativas, profesionales y docentes. El Dr. Adán Nigaglioni fue uno de los líderes más prominente en la salud pública y la educación médica que ha tenido Puerto Rico en el siglo pasado.

¡Gracias, Adán!

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